He madurado más por
el dolor que cargo, que por
la edad que tengo.
Diecisiete, dieciocho,
diecinueve, dicen.
Era demasiado madura
para saber que realmente lo nuestro
no iba y ni iría a ningún lado
pero yo solo quería estar el tiempo
suficiente, aunque ese tiempo
tuviera fecha de caducidad.
Era lo suficientemente madura
para comprender que hasta la edad
nos separaba y que nuestro
caminos estaban completamente
alejados. Desviados.
Y en ese momento no quise ser
lo suficientemente madura
para comprenderlo.
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Novecientos noventa y nueve trozos (terminada)
RomanceNoches de insomnio le generaron a la escritora una mente tormentosa a punto de estallar, ¿Qué podía hacer? Se preguntó mirando un documento en blanco con la laptop sobre sus piernas, para luego llegar a la conclusión de que tenía que hacer lo que to...