Suspirabas por mí
suspiraba por ti.
Te pertenecía, aunque realmente
no te importaba ese hecho,
solo lo usabas a tu favor.
Mis pocas lágrimas derramadas
Aun se lamentan por ti,
Lloran por ti, ¡Te extrañan!
Tal vez porque te sienten en ellas,
Porque tu recuerdo se escurre en ellas,
Y caen por mis mejillas, mi cuello,
mi pecho.
Tocan los mismos lunares
que tu besabas, y luego se pierden
en la ropa que antes quitabas.
Ellas te anhelan, Te añoran.
Igual que yo.
ESTÁS LEYENDO
Novecientos noventa y nueve trozos (terminada)
RomanceNoches de insomnio le generaron a la escritora una mente tormentosa a punto de estallar, ¿Qué podía hacer? Se preguntó mirando un documento en blanco con la laptop sobre sus piernas, para luego llegar a la conclusión de que tenía que hacer lo que to...