Sigo creyendo que me llamarás
el día de mi cumpleaños
diciendo: «Quiero volver».
Aun pienso que aparecerás ese viernes
porque te recuerdo a la perfección,
tu sonrisa llenando tus mejillas rosadas
y tu voz diciendo que ibas
a estar ahí sin falta.
Aun así, la otra parte de
mi está dudándolo. Diciéndome que
no vendrás, diciéndome que
me olvidaste, y a la vez señalando que no
te veré llegar... ¡Que tus Jeans ajustados
no serán una tentación!, que no tendré que
fingir que no te observé detenidamente
para memorizarte.
¡Y está bien, no vengas!
No serás mi tentación y yo no la tuya,
Y así, tu sonrisa no alimentará
mi estrés esa noche.
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Novecientos noventa y nueve trozos (terminada)
RomansNoches de insomnio le generaron a la escritora una mente tormentosa a punto de estallar, ¿Qué podía hacer? Se preguntó mirando un documento en blanco con la laptop sobre sus piernas, para luego llegar a la conclusión de que tenía que hacer lo que to...