Recuerdo que me mirabas
Y cada palabra que decías la creía,
que cuando tomabas mi mano
sentía que realmente me sostenías.
Y cuando me sonreías,
feliz siempre creía que sería.
Cuidaba tus secretos
y guardaba tus inseguridades,
te doraba y me dejabas hacerlo...
Te entregaba todo de mí, mis horas,
mi tiempo, mi amor
mis locuras...
Te entregaba mis versos.
Y te había entregado mí corazón
con solo horas de
habernos conocido.
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Novecientos noventa y nueve trozos (terminada)
RomanceNoches de insomnio le generaron a la escritora una mente tormentosa a punto de estallar, ¿Qué podía hacer? Se preguntó mirando un documento en blanco con la laptop sobre sus piernas, para luego llegar a la conclusión de que tenía que hacer lo que to...