Episodio 6.

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El último sonar del timbre escolar acompañó aquella tarde húmeda marcando así el final del último módulo de clases al igual que aquel día escolar.

—Hey Beomgyu, ¿Crees que me puedas prestar tu libreta de Historia? Necesito que me pases los apuntes, ya sabes que me tuve que ir con Soobin y me perdí la última clase —habló Yeonjun girándose en su asiento para buscar la mirada del aludido.

—Ah claro hyung, puedes llevártela y me la devuelves mañana, solo que de una te advierto que mis apuntes no son los mejores del mundo —rió escandalosamente mientras entregaba dicho cuaderno en manos del mayor.

—Si quieres también te puedes llevar el mío hyung, estoy cien porciento seguro que mis apuntes son mejores que los de este chico —Taehyun habló presuntuoso con un tono burlón haciendo que Beomgyu le hiciera una mueca molesta en respuesta.

—De acuerdo Taehyun, gracias a ambos por este favor —rió bajito frotando su cuello al sentirse un poco avergonzado ya que aún no era muy cercano a ellos.

—No es nada hyung y, por cierto, puedes llamarme solo por Tae y si quieres a él puedes llamarlo solo por Beom.

—¿Y a ti quién te dió el permiso de hablar por mí? —Beomgyu le miró con una mirada juzgona, en sí esos dos siempre se molestaban de una u otra manera— pero sí, si quieres puedes llamarme solo por Beom, Yeonjun hyung.

—De acuerdo; entonces yo me voy yendo ya porque aún tengo que pasar a recoger a Soobin para acompañarlo hasta su apartamento; nos vemos mañana —colgó su mochila en su hombro para por fin salir del aula.

—Y yo que recién le iba a preguntar si podíamos acompañarlo... —murmuró desanimado viendo cómo el mayor de los tres se marchaba.

—Él sabe que vivimos en dirección contraria a ellos así que quizá por eso no quiso molestarnos —Kang habló sereno mientras terminaba de guardar sus pertenencias— ¿Nos vamos, Beom?

—¡Vamos! —sonrió animado empujando al menor para salir por fin del aula.

°°°
Yeonjun anduvo a paso apresurado una vez que salió de su aula y se dirigió al encuentro de Soobin en la enfermería; caminó a lo largo de los extensos pasillos mientras con sutileza evadía a los demás alumnos que al igual que él estaban terminando sus jornadas de estudio de ese día.

La tarde a diferencia de esa mañana lluviosa por fin parecía despejar sus cielos un poco haciendo que los gruesos rayos de luz solar pasaran a través de las nubes grises que aún quedaban haciendo de aquella una vista espectacular y hermosa la cuál pudo dibujar una sonrisa alegre en los labios de Yeonjun.

Una vez que por fin se encontraba frente a la puerta de la enfermería no dudó dos veces para tocar y entrar cuando obtuvo una respuesta positiva por parte de la mujer adulta que se encontraba dentro; cuando Yeonjun pasó saludó cordial a la enfermera y luego con tan solo un vistazo se percató que Soobin seguía durmiendo recostado en el sofá justo como lo dejó, si no fuese porque el abdomen del pelinegro se movía al son de su respiración pensaría fácilmente que se trataba de un muerto.

—Soobin, despierta, ya tenemos que ir a casa... —habló en voz baja mientras suavemente movía al menor.

Al instante Soobin comenzó a abrir sus ojos con una mueca molesta e incómoda al ser una habitación muy brillante y aún sentirse enfermo, se reincorporó un poco sentándose y recordó que hace un par de horas Yeonjun lo había llevado hasta aquel sitio para que descansara por su resfriado.

—¿Ya terminaron las clases, Yeonjun hyung?

—Sí, por eso estoy aquí para acompañarte a casa, ¿Puedes caminar, no? —extendió sus brazos para sostener al contrario una vez que éste se puso en pie.

El chico del apartamento 512 •||| YeonBin |||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora