El complejo apartamental se encontraba aún en completa oscuridad debido al reciente apagón que ocurrió en la ciudad por la tormenta eléctrica, algunos de los inquilinos de dicho lugar habían corrido con la suerte de tener en casa un par de velas para iluminar en caso de emergencia y otros más hacían lo que podían para tener un poco de luz en sus hogares.
Chaeyoung al igual que la minoría de los inquilinos del complejo había tenido suerte de justamente llevar consigo unas cuantas velas para cuando una ocasión como esa ocurriese; con la ayuda de un encendedor prendió la quinta vela colocándola en una mesita central frente al sofá de la sala, se sentó y suspirando miró su celular notando que aún no había señal, se preguntó si Soobin habría tenido suerte para encontrar a su asustadizo hermano menor y de ser así se cuestionó en qué situación estarían metidos ahora. Justamente en ese momento logró escuchar unos golpes insistentes en la puerta sorprendiéndola un tanto, se puso en pie al instante pensando que quizá se trataría de los menores pero cuando abrió la puerta se encontró a una mujer que llevaba la linterna de su celular prendida, el rostro de la mujer se veía entre preocupado y molesto.
—... ¿Se le ofrece algo? —cuestionó Chaeyoung al notar que la mujer no decía nada mientras solo trataba de mirar al interior del apartamento.
—¿Haz visto por aquí a Soobin? Es mi hijo y no ha vuelto desde hace ya un par de horas...
—Sí vino pero... desde hace rato salió en busca de mi hermano Yeonjun y aún no han vuelto... —contó con pesadez, sabía que aquello desde ningún ángulo sonaría bien.
—¿Salieron? ¿¡Con esta tormenta!? ¿Es que acaso los niños de ahora no tienen cerebro? Gracias por decírmelo, castigaré a ese mocoso en cuanto vuelva —la mujer se fue con un semblante serio y azotó la puerta de su respectivo apartamento al entrar en él.
“Al menos me dió las gracias” pensó en burla Chaeyoung riendo bajito, luego recordó la realidad y volvió a su estado pensativo, preocupada por su hermano y Soobin.
—Ya tiene más de dos horas que Soobin fue a buscarlo... ¿Será necesario que vaya yo también?... no, no, mejor me quedo aquí por si vuelven, de todas formas no hay forma de comunicarse y tampoco sabría por dónde comenzar a buscar... —habló consigo misma en su soledad, sintiendo cómo la ansiedad se apoderaba de su ser.
Al cabo de casi una hora más, pasando un poco de la media noche, escuchó un tintineo en la puerta principal, era el típico sonido de cuando tratas de insertar las llaves en el picaporte para poder abrir; al abrirse la puerta por fin vió a los dos menores llegar y sintió que el alma se le regresó al cuerpo.
—Yeonjun... —Chaeyoung se había quedado sin palabras al ver al aludido en tal estado, se veía tan frágil, vulnerable y débil.
Yeonjun no pudo decir palabra alguna, alzó su mirada llena de pánico y con pasos temblorosos se soltó de Soobin para caminar los centímetros restantes hasta llegar junto a su hermana aferrándose de su cintura en un abrazo y apoyando su rostro en el pecho de la mayor; Chaeyoung por su parte solo se empeñó en abrazar fuertemente a su hermano menor, ligeramente mecío su cuerpo en un intento de arrullarlo y calmarlo un poco más. En cuanto a Soobin, se había quedado estático sin saber muy bien cómo podría ayudar ahora en tal situación pero luego de unos instantes solo se le ocurrió correr al baño en busca de una toalla para arropar a Yeonjun que seguía temblando por el frío y en parte por el pánico.
—Lo llevaré a la habitación para cambiarle la ropa y acabar de secar su cabello; gracias por traerlo y cuidarlo en el camino Soobin ah y por cierto, hace ya un buen rato que pasó tu mamá buscándote así que será mejor que vuelvas a tu apartamento —habló como pudo sin soltar a Yeonjun mientras lo dirigía en dicha dirección.
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El chico del apartamento 512 •||| YeonBin |||
FanficUna historia en donde Yeonjun se muda a un apartamento para comenzar a vivir su vida independiente pero lo que no se esperaba era la gran dependencia que en un futuro comenzaría a sentir hacia su atractivo, tierno y sexy vecino pelinegro.