Yeonjun volteó a ver a Soobin mientras ambos incrustaban sus juegos de llaves en las respectivas perillas de sus apartamentos, Soobin sonrió tiernamente despidiéndose del mayor para posteriormente entrar a su vivienda, Yeonjun suspiró bajando la mirada hasta la pulsera que posaba en su mano aún incrédulo de que fuera un accesorio a juego con la pulsera que le regaló a su extrovertido vecino; se quedó un par de segundos más ahí de pie pensando y procesando todo lo ocurrido ese día hasta que un ruido procedente del interior de su apartamento le llamó la atención, se trataba de una voz femenina.
En un inicio se sorprendió asustándose al no tener ni la más mínima idea de quién podría ser pero una vez que abrió la puerta lentamente para no ser visto y escuchó con más atención pudo percibir más claramente de quién se trataba; caminó a pasos decididos tratando de no ser escuchado hasta quedar en el marco de la puerta de su habitación ya que en ese cuarto se encontraba la chica sentada en su cama jugando con el felino.
-¡Lo sabía! -gritó, asustando a la chica y de paso también al felino, Yeonjun rió a carcajadas por cumplir su propósito hasta que recibió un almohadazo en el rostro.
-Que infantil... enserio que nunca cambias, ¡Te odio, maldito enano! -se quejó haciendo una rabieta parándose de la cama agarrando otra almohada comenzando a golpear con ella al más alto.
-¿¡C-cómo me dices enano si tú apenas y pasas el metro y medio, Chaeyoung noona!? -inquirió mientras se cubría el rostro y seguía riendo.
-Calla, mocoso malagradecido -dejó de golpearlo para luego caminar hasta la cocina mientras el contrario seguía sus pasos- ¿Dónde estabas? Estuve esperándote un buen rato.
-Recién salí de trabajar, eso ya lo sabías noona -tomó asiento en una de las sillas del comedor mientras veía a la mayor agarrar una mandarina y comenzar a pelarla.
-Pues tengo la sospecha de que no vienes directo del trabajo, Yeonjun querido, ¿Fuiste a algún otro lugar? -le miró con sospecha alzando su ceja derecha, escudriñando al menor.
-S-si te pones en modo detective supongo que es mejor que hable ahora por mí mismo antes de que lo descubras de alguna otra forma... solo estuve con Soobin un rato luego del trabajo pero no fue tanto tiempo -la mayor estiró su mano ofreciéndole la mitad de la mandarina y Yeonjun la aceptó.
-¿"Soobin", eh? ¿Ese no es el vecino del que me hablaste el otro día? -le miró nuevamente mientras una sonrisa cómplice comenzaba a formarse en su rostro.
-Sí, ehmm... bueno... ¿A qué se debe tu visita, Chaeyoung noona?
-Cambiando el tema como siempre, bueno, ya me contarás a detalles luego -rió divertida viendo el pequeño rubor en el rostro del menor- quise venir a verte simplemente y de paso te traje un poco de comida porque algo me decía que seguro no habías comprado nada decente y pues... al parecer mi corazonada fue cierta -alzó la mirada notando varios tazones de fideos instantáneos colocados por ahí en la alacena y algunos en la mesa.
-Pero Chaeyoung noona ya habíamos quedado en que papá y mamá no me ayudarían con la comida...
-Pero si fui yo la que quiso traerte esto, papá y mamá solo me dijeron que te saludara en nombre de ellos y que te dijera que te cuides bien y que cualquier cosa que necesites ellos siempre estarán dispuestos a ayudarte cuando lo digas; todo esto es de mi parte pero si te molesta entonces solo míralo como un regalo por poder independizarte y haber pasado tu primer semana sólo, ¿Ok?
-Está bien pero cuando vuelvas a venir no es necesario que traigas algo contigo, enserio que puedo valerme sólo e incluso hoy mismo acabo de recibir la primer paga de mi trabajo -comentó completamente feliz terminando de comer el pedazo de fruta.
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El chico del apartamento 512 •||| YeonBin |||
FanfictionUna historia en donde Yeonjun se muda a un apartamento para comenzar a vivir su vida independiente pero lo que no se esperaba era la gran dependencia que en un futuro comenzaría a sentir hacia su atractivo, tierno y sexy vecino pelinegro.