Yeonjun tomó la última bolsita de papel que se encontraba sobre el mostrador de aquella popular tienda de comida rápida y, luego de sonreír y agradecerle a la cajera por su buen servicio, salió de aquel lugar junto con Taehyun y Beomgyu para dirigirse por fin a la librería ya que no tenían ya suficiente tiempo para perderlo.
Luego de caminar a lo largo de un par de cuadras Yeonjun anduvo a paso considerablemente lento por detrás de sus otros dos amigos mientras alzaba la mirada al cielo nublado preguntándose qué estaría haciendo Soobin sólo en su apartamento pero aquella burbuja mental suya se rompió cuando el barullo de la conversación de sus dos amigos fue tan fuerte como para llamar toda su atención.
-¡Ya te dije que no me gusta! -exclamó Beomgyu por millonésima vez mientras Taehyun ponía sus ojos en blanco sin creer ni una palabra que salía de la boca del de cabellos cobrizos.
-Beom, desde aquel cerro se puede notar que sí te gusta, ya deja de hacerte el tonto porque a nadie engañas -suspiró pesadamente siguiendo su andar dejando atrás a un Beomgyu muy indignado.
-¡Retracta tus palabras, Kang Taehyun! ¡Ya te dije mil veces... no, un millón de veces que ella no me gusta!
-¿Porqué te molesta tanto? Además, te conozco desde hace tanto, ¿Enserio crees que no puedo notar cuando cambias tu actuar con las personas que te gustan?
-¡Porque apenas y la conozco! -volvió a alzar la voz, exasperado- no puedo amar a alguien que recién conozco sin importar lo atractiva que sea la persona; así que, ya deja de decir de una buena vez que me gusta Yewon noona, ¿Entendido? -le apuntó con su dedo índice, amenazante.
-Sí, sí, lo que digas... seguro que no lo aceptas por miedo de que te rechace por ser mayor que tú.
Aquellas últimas palabras las dijo susurrando pero claramente Beomgyu lo escuchó claro y fuerte y lo persiguió corriendo tras de él deseando alcanzarlo para darle su merecido pero era obvio que Beomgyu no podría llegarle ni a los talones a Taehyun cuando se trataba de actividad física.
Yeonjun siguió caminando a su propio ritmo sabiendo que tenía tiempo suficiente aún para llegar a tiempo al trabajo, miró a lo lejos cómo corrían sus dos amigos extrovertidos hasta el punto de perderse en la lejanía y entonces en su mente se volvieron a reproducir aquellas palabras que Beomgyu dijo en ese momento “no puedo amar a alguien que recién conozco sin importar lo atractiva que sea la persona”, suponiendo que lo normal era enamorarse de alguien más tras un largo periodo de tiempo luego de conocerse lo suficientemente bien, entonces, ¿Eso significaba que había algo mal en Soobin y en él? Él se había enamorado de Soobin en cuanto lo vió y estaba claro que Soobin también se había enamorado de él a lo largo de esa primera semana de conocerse, ¿Realmente había algo mal en ellos dos al amarse?
Incluso si su amor fuera verdadero, ¿Afectaría en algo el haberse enamorado tan rápido? ¿Se separarían en un futuro luego de que los errores del otro salieran a flote? ¿Realmente funcionaría? No había forma de saberlo, no podía asegurar al cien porciento que podrían estar juntos para siempre pero sabía que si quería respuestas solo podría obtenerlas poniéndolo en práctica.
Una vez que quedó a un pasó de la puerta de cristal de la librería miró a través de ella notando dentro a su par de amigos hablando y riendo con Yewon así que decidió dejar de lado todas sus preocupaciones personales y ponerse su “chip laboral” decorando sus facciones con la mejor sonrisa que pudo poner para finalmente poner su mano en el picaporte para empujar la puerta y entrar al local.
—Hey hyung, por fin llegas, creímos que te habías ido a perder junto con las papitas fritas; anda ven, hacen falta para poder empezar a comer —Beomgyu caminó hasta donde Yeonjun tomándolo de la muñeca para arrastrarlo hasta una de las mesas donde estaban las demás cosas.
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El chico del apartamento 512 •||| YeonBin |||
FanfictionUna historia en donde Yeonjun se muda a un apartamento para comenzar a vivir su vida independiente pero lo que no se esperaba era la gran dependencia que en un futuro comenzaría a sentir hacia su atractivo, tierno y sexy vecino pelinegro.