El chico del apartamento 512 •||| YeonBin |||

Episodio 17.

Viernes, por fin viernes.

Todos los módulos de clases de ese día transcurrieron con la normalidad de siempre, la clase se mantuvo en calma prestando más atención de la usual luego de que los docentes les anunciaron que un día próximo tendrían un exámen sorpresa, anuncio con el cual se escucharon quejas y murmullos de los alumnos pero no les quedó más opción que ponerse a tomar nota de todo lo que se les enseñara durante ese día.

Finalmente el último módulo concluyó al sonar el timbre, los alumnos del 1-D terminaron de guardar sus pertenencias y cada uno se dispuso a marcharse a sus respectivos destinos; por su lado Soobin estaba charlando sobre los apuntes que había tomado él y preguntando a Taehyun, Yeonjun y Beomgyu sobre qué apuntes habían anotado ellos, en ese momento su atención fue robada por una notificación de su celular y al revisarla se dió cuenta de que era un mensaje de Lea, la hermana mayor de Kai.

Soobin no tenía nada en contra de la pelinegro, al contrario, siempre habían sido buenos amigos desde que se conocieron y entablaron amistad, simplemente que ahora cambiaba el panorama en su totalidad luego de la confesión del día anterior por parte de Kai, la cuál había acabado rompiendo la estabilidad emocional de Yeonjun y esa situación en cierto modo también había sacado a Soobin de sus casillas.

El pelinegro observó de nuevo aquel mensaje, “¿Podemos vernos?” era todo lo que decía, no sabía con exactitud de qué querría hablar aquella chica con él pero estaba seguro que alguna idea mínima podía hacerse.

—Hyung —interrumpió la conversación que aún tenían los otros tres— hoy iré a otro lugar, un amiga quiere que nos juntemos así que estaré ocupado y no podré irme junto contigo...

—¿Enserio? Si es así no hay problemas Soobin, solo tomaré el bus e iré directo al trabajo —se obligó a sonreír, no le había gustado la idea de que el menor se viera con una “amiga” y menos por no saber de quién se trataba.

—Oye, Yeon hyung —ese fue Beomgyu— ahora que lo pienso nosotros no hemos ido a tu trabajo, ¿Podemos ir a ver? Escuché que trabajas en una librería y ahora con lo del exámen sorpresa nos caerá bien para estudiar ahí —los rostros de los demás se iluminaron al sentirse atraídos con la idea.

—¿Cómo no se me había ocurrido? ¡Claro que pueden ir chicos! Nadie les negará la entrada incluso si solo quieren ir para estudiar temas de las clases, pueden estar ahí  y pasar el rato, ¿Vamos hoy? —Yeonjun se puso en pie ganchando su mochila en su hombro.

—¡Vamos, vamos! —exclamó Beomgyu emocionado poniéndose en pie también.

—Creo que tú nunca habías estado tan emocionado por ir a estudiar, Beom —Taehyun se burló del aludido ganándose una rabieta en respuesta haciéndole reír más.

—¿Entonces tú estarás muy ocupado, Soobinnie? —Yeonjun inquirió, en realidad no quería que el pelinegro se fuera.

—Hmm, aún no lo sé pero si me desocupo temprano iré con ustedes a buscarlos a la librería; bueno, me voy porque ya me están esperando —señaló su celular el cual había vuelto a sonar con un mensaje de Lea.

—Pues de momento seremos nosotros tres, ¡Vamos~! —emocionado aún el chico de cabellos cobrizos cruzó sus brazos con los de sus amigos para así marcharse a su destino de esa tarde.
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Soobin se paró un instante frente al lugar donde lo habían citado para verse, el sitio era una famosa heladería de la cual había escuchado muchas veces y a la cual solía ir junto a sus antiguos amigos en sus viejos tiempos cuando eran menores... más menores.

El pelinegro se acercó al lugar de paredes coloridas, empujó la puerta de cristal entrando por fin al recinto y luego de tanto tiempo sin haber puesto un pie ahí se detuvo a observar el lugar; el sitio estaba igual a como lo recordaba, había una recepción donde atendían tres chicos detrás de un largo mostrador de cristal en el cual estaban exhibidos todos los tipos de helados, paletas, pasteles e incluso aguas de sabores y otros tipos de postres como frutas con crema y más, también había un par de letreros muy grandes con un listado de todos los postres que podían prepararse al momento, a lo largo del local se encontraban un máximo de diez mesas con una capacidad de cinco personas cada una, estaban separadas cinco mesas a la izquierda y cinco a la derecha dejando así un pasillo central directo de la entrada hasta el mostrador,  los asientos eran de metal color azul cielo y tenían un decorado hecho de piel color café claro el cuál los hacía cómodos y cálidos perfectos para acompañar el ambiente helado creado por el aire acondicionado, las pareces estaban decoradas con enormes ilustraciones llenas de colores y habían unas cuantas plantas alrededor del recinto dándole vida al lugar.