GIRASOLES [HYUNLIX]

Ⅵ

Aquellos ojos marrones impregnados con miedo, buscaban ayuda a gritos. ¿Cómo es que volvía a encontrarse con él después de tanto tiempo? Han no le contó nada de esto, ¿no se supone que solo irían él, Han, Seunming, Chan y Jeongin? ¿Cómo es que Hyunjin estaba allí, delante suya ahora mismo? ¿Un sueño? No, posiblemente sólo haya sido una casualidad, pero, ahora que lo pensaba, esto podría haber sido —desde un principio— un plan que hicieron Han y su novio para que ellos dos volvieran a hablar. Pero Han sabía perfectamente que Felix no quería verlo, y menos en el baño ¿entonces por qué? Esa respuesta era demasiado rebuscada.

El pecoso se alejó del lavabo rápidamente, sin tener tiempo de cerrar el grifo. Hyunjin lo miró confuso, desde aquel día, Felix lo evitaba, ya lo tenía claro, pero quería una explicación. Podrían hablar y así arreglar lo que sea que había ocurrido. Sin embargo, cuando Hyunjin dio un paso hacia delante, el contrario ahogó un grito en sus manos mientras caía al suelo paralizado.

El de cabellos azabaches no quería asustarlo, más bien, se estaba preocupando por esa reacción tan grande y exagerada. ¿Qué tan mal fue lo que hizo? Quiso disimular un poco y solo se giró para cerrar el grifo y mirar al suelo, con muchísima preocupación en el rostro, pensando bien en cada acción que realizará para no asustar al menor.

—Oye, Felix... —Hyunjin dijo en un hilo de voz, intentando no asustarlo más—. No sé por qué me evitas y por qué reaccionas de esta manera cada vez que me ves pero, ¿al menos podríamos hablar? Es decir... ¿Me darías alguna explicación?

El chico respiraba agitadamente y quería gritar. Quería gritar alto para que él se alejara. Quería gritar para que Seungmin y Han viniesen y lo ayudaran. Quería gritar para desahogarse y librarse de todos esos sueños en donde Hyunjin lo abusaba sexualmente. No quería ver a la persona de la que una vez estuvo enamorado, de esta manera: violándolo cada noche que volvía a casa y se tumbaba en su cama cansado; acosándolo a pesar de que él le suplicaba que parase.

El más alto, al ver que el rubio no respondía y solo se limitaba a temblar en una esquina del lugar, se alejó lentamente, dirigiéndose a la puerta.

¿Desde cuándo comenzó todo esto? ¿Desde cuándo Felix sentía este tipo de miedo hacia él? ¿Desde cuándo ya no quería verlo si antes lo seguía a todos lados? ¿Desde cuando sus ojos dejaron de brillar cada vez que él estaba cerca? ¿Desde cuándo esos nervios de emoción se convirtieron en temblores incontrolables?

Miles de pensamientos se abalanzaron en la cabeza de Felix como un martillo golpeándolo fuertemente, se sentía mareado entre tanta confusión y miedo. En su interior gritaba a súplicas que él se alejara ya para luego salir corriendo y volver a casa, mas otra parte de su ser no deseaba aquello, anhelaba que lo sostuviera en sus manos, que sus brazos abrazasen su cuerpo, que esos ojos le mirasen con atención cada vez que hablaba, ansiaba sentirse importante y especial para esa persona. Deseaba que nada de esto hubiese ocurrido y que estuviera tan feliz como antes cuando veía aquellos oscuros ojos.

—¡E-Espera! —Felix lo llamó antes de que el mayor empujara la puerta, mirando hacia atrás esperanzado—. Hyunjin, yo... —sollozó el chico—. Lo siento de verdad, no sé qué me pasa, pero... —se quedó en silencio al analizar esa situación. ¿Si le decía que él lo abusaba sexualmente no se alejaría y se quedaría a intentar solucionar el problema? ¿Se quedaría para decirle que todo eso era imposible que se lo hiciese? ¿Se quedaría...?

Hyunjin estaba parado en el lugar, esperando que el menor siguiera.

—¿Puedo acercarme? —preguntó el mayor, todavía sin perder el contacto con la madera de la puerta.

Felix asintió dudoso, en silencio, sin mirarlo a los ojos. El más alto caminó con pasos pequeños hacia él, dejando al menos un metro de distancia entre él y el pecoso, y se sentó en el suelo.