ⅩⅦ

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—¿Familiares o amigos de Lee Felix?

—¡Sí! —Seungmin y Han se acercaron apresuradamente al doctor.

—¿Vosotros sois sus hermanos?

—No, somos sus mejores amigos.

—Bueno —el hombre suspiró—, el joven Lee está bien, solo necesita nutrirse un poco ya que no ha comido casi nada durante nueve días. Cuando ya haya recuperado la energía, le daremos el alta. Tengan un buen día —el doctor les hizo una reverencia y se fue para dejar los papeles en los informes.

Los dos se miraron a los ojos, llenos de brillos y alegría, Felix no iba a morir. ¡No iba a morir! Se abrazaron fuertemente para celebrar que su amigo no se iba a ir, el pecoso no los dejaría.

—Felix... ¿Felix no está muerto? ¿Está bien? —preguntó Hyunjin más para sus adentros que para los demás.

—Así es, Hyunjin, Felix no está muerto —Jeongin rodó sus ojos—. Qué suerte. Qué bien, qué alegría.

Una sonrisa se dibujó inconscientemente en el rostro del morocho. Seguía sin creérselo. Lágrimas cayeron de los ojos del muchacho, quien miraba nervioso la puerta por la que el doctor de antes había pasado, pues Felix estaba al otro lado, ¿cuándo podrá entrar a verlo?

—No esperes nada —dijo Minho.

—¿Qué?

—Hyunjin, le hiciste mucho daño —su amigo se acercó a él—. ¿No piensas si Felix quiere verte o no? Tío, te pasaste demasiado. Este no es el Hwang Hyunjin del que yo era amigo.

—Minho tiene razón —el más bajo de entre todos los presentes se unió a la conversación—. El estado actual y lo que le ha estado pasando es por tu culpa. Ha sufrido mucho por ti.

—Pero...

—Nada de pero —le interrumpió el mayor—. No irás a ver a Felix.

—¡Pero yo–

—¡No! JiSung me ha contado todo lo que le ha pasado Felix por tu maldita culpa.

—¡Pero yo tenía mis motivos!

—¿Motivos? Esos motivos serán excusas para intentar que él te perdone después de haberle dejado en ese estado, ¿a que sí? —Minho rio sarcástico.

—Chicos, ya vale —Jeongin intervino—. No os metáis con mi Jinnie.

—¿Jinnie? —el pelinegro se rio.

—Jeongin, ya no me llames así nunca más —el mayor le miró a los ojos, agarrándole los hombros—. No me gusta.

El pelirrosa jadeó con sorpresa.

—¡Jinnie, somos novios! ¡No me puedes hacer esto! —se quejó el menor.

—No somos nada, Jeongin. Ten esto ya claro —Hyunjin dijo cortante—. Me he convertido en un monstruo.

—¡No me importa que seas un monstruo!

—A mí sí, porque tú también eres un monstruo. Me manipulaste y controlaste a tu antojo y me convertí en esta mierda de persona. No sé cómo lo hiciste, pero eres realmente increíble —el azabache gruñó con sarcasmo, rodó sus ojos y se fue, apartando con algo de fuerza al pelirrosa que se situaba frente a él.

—¡Jinnie! —Jeongin vio cómo es que Hyunjin desaparecía detrás de una esquina y lo perdió de vista. Miró nervioso a los demás, que lo miraban con indiferencia. Este bufó con fastidio y se fue detrás del morocho.

Los demás no le prestaron mucha importancia, pero hablaron sobre ellos dos. Qué tipo de relación tuvieron durante esas semanas. No lo sabían, pero estaban seguros de que no estaban bien juntos, o al menos uno de ellos.

GIRASOLES [HYUNLIX]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora