ⅩⅣ

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Jeongin cerró de un portazo nada más vio a Bang Chan darse la vuelta y correr hacia la esquina y desaparecer. Lo había perdido, se había ido, nunca más iba a volver. El chico se sentía destrozado. Había perdido a su novio, a ese novio del que estaba enamorado. Sin embargo, algo le importaba mucho más que eso: Hwang Hyunjin.

Entró a la casa y recogió sus cosas. Pasó por el largo pasillo de su casa y se paró delante de una puerta al final de este corredizo. Golpeó suavemente la madera y se asomó al interior lentamente, con una voz dulce pero a la vez rota, dijo:

—Jinnie, he terminado con él.

El menor abrazó al contrario, quien se encontraba descansando en la cama, con la mente en blanco. Besó sus labios y se acurrucó en él.

—Le contaste todo a Felix, ¿verdad? —su voz susurró al oído del mayor, quien se quedó paralizado—. Chan me ha dicho que lo engaño con otros. Le contaste a Felix y luego él se lo contó a Chan, ¿a que sí?

Hyunjin no supo cómo reaccionar. Seguía callado, sin haberse movido ni un pelo. Notaba la respiración del pelirrosa encima de su oreja.

—Hyunjin, ¿puedo perdonarte esto...? —preguntó el menor, acariciando el rostro del ajeno—. Hiciste que perdiera a un ser querido. ¿Qué vas a hacer...?

Hubo silencio.

—¡Hyunjin, habla!

—...lo que quieras —respondió en un hilo de voz.

—¿Qué? Cariño, no te oigo.

—Pídeme lo que quieras —volvió a decir—. Además, todavía no somos nada...

—¿No somos nada? ¡Somos pareja! ¿Está bien? —el contrario no respondió, por lo que Jeongin lo tomó como un "sí"—. Y... Deshazte de Felix, eso es lo que te pido.

Los ojos del morocho se abrieron. Apretó con fuerza el cuerpo del menor y contuvo la respiración sin darse cuenta.

—Haz que te odie como nunca más te odió —dijo de nuevo.

—Pero...

—Sigues poniendo tantas pegas... ¿Es mentira que ya no te gusta? Sigues teniendo sentimientos por él, ¿no es cierto? —Jeongin se acurrucó una vez más al cuerpo ajeno—. No te preocupes, yo te ayudaré a olvidarlo y odiarlo... Solo necesitaré unos días.

Al día siguiente, la nueva pareja salió de la casa del menor y se dirigieron hacia el apartamento del morocho. Iban a recoger las cosas necesarias para que Hyunjin pudiera vivir en la casa de su novio. Una pareja de verdad lo habría decidido juntos, pero en este caso, Jeongin se levantó esa mañana con la repentina noticia de que viviría con él en su casa.

Hyunjin sacó las llaves torpemente y las introdujo en la cerradura de la puerta. Esta se abrió sin problemas y entraron al interior. El mayor cerró detrás suya, observando al menor, quien posaba sus ojos en todas las esquinas por si el morocho le ocultaba algo.

—Recoge las cosas que necesites y a partir de hoy, vivirás conmigo —ordenó con una sonrisa.

El mayor miró a su alrededor, pensando por dónde empezar a empacar. Vagamente se movió del sitio y se adentró al baño. Mientras tanto, Jeongin caminaba y seguía observando cada esquina. Después de haber visto toda la casa, encontró la habitación de Hyunjin.

El interior estaba algo desordenado. Varios cuadros descansaban una apoyada en la otra en la pared de la pieza. Había una estantería alta con numerosos botes de colores acrílicos, acuarelas, ceras, colores de madera, etc. En la estantería más baja habían vasos con pinceles en su interior y más lienzos debajo de esta.

GIRASOLES [HYUNLIX]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora