71

139 21 4
                                    

El día finalmente había llegado y Hoseok se encontraba viendo su reflejo en el espejo, su ropa pulcramente negra no tenía ninguna imperfección al igual que su peinado. Nada en su apariencia se veía mal, pero en su interior todo era un caos, el nerviosismo lo inundaba al igual que los miles de pensamiento que pasaban por su cabeza.

Dio un suspiro largo antes de acomodar su corbata por octava vez, cuando una voz tras de él robó su atención.

- Te ves completamente bien, Ho... Por más que te mires en el espejo nada cambiará. Deja de pensarlo tanto, debemos irnos.

- No puedo hacerlo, Nam- le dijo afligido en tanto volteaba a verlo.

- Claro que sí, estoy seguro de que puedes- Hoseok negó con nerviosismo- Hey, calma, todo saldrá bien- comentó soltando una pequeña risa, la cual el castaño no comprendió así que rápidamente se aclaró- esto debería ser al revés, tú calmándome a mí. Soy el novio por si lo olvidas, pero aquí me tienes calmando tus nervios.

- Lo siento, Nam, me imagino lo nervioso que estás...- habló, pero el moreno lo interrumpió.

- Tranquilo, sé que no es fácil para ti, lo entiendo... Además, intentar calmarte me ayuda a calmarme a la vez. Estoy jodidamente nervioso, pero no quiero pensar negativamente. Todo saldrá a la perfección porque Jin es el amor de mi vida- comentó sonriendo mientras sus lindos hoyuelos se acentuaban en su cara.

Namjoon aún no podía terminar de creer que estaba a punto de casarse con Seokjin, pues jamás -después de lo ocurrido- pensó que eso llegaría a suceder, pero Jin sorprendiéndolo, se lo había propuesto hace un par de meses.

El mayor aún tenía ciertas sospechas sobre la culpa que el moreno aún debía sentir por lo ocurrido -por más que él siempre lo negara-. Por su parte, todo eso estaba superado y había seguido por completo adelante. Amaba a Namjoon como nunca amó a nadie y sabía que el menor también sentía lo mismo por él, por eso había dado el paso de pedirle matrimonio, pues quería demostrarle que su amor por él era más fuerte que todo, que no había resentimientos, ni mucho menos dudas. Lo amaba verdaderamente y quería dejárselo claro. Pero al mismo tiempo quería con esto, que él lo terminara de superar, que se perdonara a sí mismo y siguiera adelante.

"Te amo, Nam. Nada de lo que ocurrió importa ahora, eres mi compañero, la persona con la cual quiero pasar el resto de mis días. Quiero casarme contigo porque te amo y porque sé que tú también me amas. Acepta mi propuesta, pero por favor, prométeme que cuando estemos en el altar y me digas que sí, dejarás la culpa con la que cargas y te centrarás en ser feliz, es todo lo que quiero, amor. Que ambos seamos felices juntos."- Le había dicho antes de besarlo.

Y lo era, a pesar de que los nervios lo estaban consumiendo y que una fina voz aun intentaba sabotearlo, lo era. Porque se sentía realmente amado y eso llenaba de calidez su pecho. En unas horas serían esposos y aunque sabía que era una boda simbólica, estaba jodidamente feliz. Un para siempre con Seokjin se escuchaba como el mejor plan para su vida.

- ... Vamos, Ho. No te digo que todo se solucionará de golpe al verlo, puede que las cosas no terminen como todos esperamos, pero sabes que al menos deben tener una charla, lo necesitan. Los dos.

- Lo sé- dijo en voz baja.

- Entonces, vamos. Estás a nada de verlo una vez más ¿no era lo que tanto buscaste una vez? Lo tienes justo frente de ti, hazlo entonces- le dijo Namjoon sosteniendo sus manos en los hombros del contrario intentando darle ánimos.

Hoseok solo asintió antes de recibir un cálido abrazo por parte de su amigo, lo necesitaba y sin pedirlo se lo había dado.

"Cierra el capítulo, todo seguirá su curso si lo haces."- se dijo así mismo antes de abandonar la habitación.

You're my hope (HopeV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora