Capítulo V

94 5 0
                                    


Un mejor lugar

Veo la puerta, la examino por unos cuantos segundos para sentirme seguro de querer entrar. Trago una bocanada grande de aire e intento tomar la perilla. ¡Qué idiota! Solo pasé de largo y, ahí está mi madre. Ya se ha quitado la pañoleta negra que llevaba sobre su cabello, dejando ver sus mechones color nieve que empiezan a aparecer normalmente en alguien de cuarenta como ella. Mi madre es hermosa, siempre he pensado eso, lástima que tanto rimel corrido por llorar la hagan ver diez años más vieja.

Frente a ella se encuentra mi padrastro Martínez. Siempre he sentido asco hacia él, y realmente ¿cómo no hacerlo? Nada más verlo allí, echado sobre el sofá, con unas pantalonetas cortas que dejan a la vista sus peludas piernas, y un camisón sin mangas, casi transparente de lo viejo, que marcaba perfectamente la silueta de esa enorme panza de casi cincuenta años.

Martínez: ¿Ya piensas hacer la cena?

Mamá: ¿Esperas que te haga la cena mientras estoy viviendo esta pesadilla?

Martínez: Pues.. Sí.

Mamá: Eres un infeliz Roberto.- Dijo mi madre mientras se encogió de hombros para empezar a llorar.

Martínez: Ya, ya, mi amor. -Se levanta del sofá y va a darle un abrazo a mi madre- Ya no llores, si quieres no te preocupes por la cena que yo la hago por tí, era una broma por el día de los inocentes, cariño.

Mamá: No me gusta que hagas ese tipo de bromas justamente hoy, que por cierto, no son para nada graciosas.

Martínez: ¡Eh! Ya te dije que no te preocuparas, de seguro Alejandro debe estar en un mejor lugar ahora. Mejor ve, y toma una ducha mientras yo preparo la cena, ¿Vale?

Mamá solo suspiró y se dejó dar un beso para luego subir a ducharse. No sé cómo, ni por qué, pero desde que mamá quedó viuda y se juntó a vivir con el bastardo de Martínez a nuestra casa, cambió mucho. Ahora es sumisa, no se hace valer, es como si su opinión no valiera nada. Me duele tanto verla así.

Ojalá las palabras de Roberto fueran ciertas y yo estuviera en un mejor lugar. Y la verdad es que no sé entre el infierno o mi hogar cuál será un mejor lugar.

Martínez sigue viendo televisión y fumando un tabaco mientras yo subo por las escaleras hacia el segundo piso.

28 De Diciembre: Santo E Inocente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora