Capítulo XI

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Un par de hoyos

Luego de correr sin descanso hasta su casa, por fin he llegado. Me tomo un par de segundos para recuperar el aire que me falta, e ingreso a la casa de Cristina, a la cual parecía que Mi madre y el detective le habían dejado la puerta abierta.

Atravieso el pasillo principal y no logro ver a nadie, hasta que escucho la voz del detective que provenía de la habitación de Cristina.

Cuando entro me encuentro al detective Jorman, hablando por su celular, supongo que con algún superior. A su lado, inmóvil, mi madre. No sé si está respirando, ni siquiera pestañea. Y no la culpo. Así mismo me he quedado yo al ver a Cristina y a su vieja madre en medio un gran charco de sangre.

Un par de hoyos de bala adornaban las delicadas cabezas de aquellas mujeres.

28 De Diciembre: Santo E Inocente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora