Odette caminaba de un lado a otro moviendo las manos y explicando de mil formas diferentes por qué debía hablar con Callie.
Yo la escuchaba atenta, mientras me comía un bizcocho relleno de queso crema y bebía mi chocolate frío.
—¿Entiendes la gravedad del asunto? —me preguntó.
—Estresarte no hará que todo se resuelva. Puedo ayudarte en lo que necesites, pero Odette, eres la persona más inteligente y capacitada que conozco, estoy segura de que dentro de poco tendrás todo bajo control —aseguré mordiendo mi desayuno.
—Eso lo sé, pero no puedo con todo, a semanas de que comience la gira.
—Si vas a poder, yo te ayudaré y estoy segura de que Dmitry también lo hará. —Cerré la boca y la miré en silencio. Quizás había metido la pata, pensé y añadí—. Él es mi mejor amigo y pareja de baile, le obligaré si es necesario.
Odette no dijo nada, pero su rostro seguía sin recuperar el color.
—Ese tipo de comida te hará engordar y no podrás bailar —me regañó ella cambiando de tema.
—Solo es hoy —dije bebiendo chocolate.
—Ve a ensayar y ya luego veo que logro resolver.
Me levanté de su silla y salí de la oficina.
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El ensayo, como todos los ensayos, fue agotador.
Cuando llegué al comedor me dolía hasta las puntas del cabello.
—Necesitamos practicar las vueltas y el salto —comentó Dmitry sentándose a mi lado.
—Esa gira me genera nervios, quiero que todo salga bien, pero con cada ensayo siento que nos alejamos de la perfección. Hoy todo el mundo fue por su lado y eso no es bueno.
—Hay días buenos y días como los de hoy —justificó Dmitry.
—Debemos esforzarnos en tener más días buenos —decreté comenzando a comer.
—Es fácil desearlo, pero es un trabajo en equipo —analizó mi compañero.
—Deberíamos planificar una salida, dar un paseo para reforzar lazos —propuse moviendo los guisantes de mi plato con el tenedor.
—No es una mala idea —expresó Dmitry—. Podemos ir a bailar a un club.
—Lo planificaremos esta semana, puede que para el viernes.
—Es un maravilloso plan.
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Entré a mi habitación temblando, estaba muy cansada, las piernas me dolían y sentía que no podría dar ni un paso más. Sin embargo, al ver la hora, un golpe de energía invadió mi cuerpo por completo.
No estaba segura de si esto era una cita, lo que si sabía, era que no me pondría nada elegante. Solamente, sería yo misma.
Suspiré evitando ver la cama, tomé una toalla y entré directo a la ducha.
Unos largos minutos después salí como un pollito remojado, temblando del frío que tenía.
Corrí a mi armario y me puse mi ropa interior, seguido de un hermoso vestido manga larga de color lila, para contrarrestar el frío; me puse unas medias de nylon que me llegaban hasta la mitad del muslo; me calcé unas botas de talla alta, pero de tacón bajo y terminé mi atuendo con un abrigo grueso y un gorro peludo ambos blancos.
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Romance Indecente
ChickLitBella Dubois, es una joven bailarina que se ha esforzado mucho para conseguir una beca en la mejor academia del mundo. Sin embargo, al llegar a Rusia, ella jamás imaginó que el destino cruzaría su camino con el hombre más peligroso de la ciudad. I...