Romance Indecente

Capítulo 41: Sobreviví sin él.

Varias semanas después...

Estaba realmente asombrada de cómo había transcurrido todo; desde la audición cuando Patricia y sus amigas no se presentaron, hasta la evolución de la obra.

Cada uno de los bailarines se esforzó al máximo y en pocas semanas estuvimos listos para dar a conocer el nuevo estreno.

La prensa estalló al saber que Dmitry y yo seriamos los bailarines principales, hubo una ola de críticas positivas y claro, otra de negativas. Muchos apostaban a que no sería lo mismo de antes y que solo haríamos el ridículo.

De hecho, se sentía como si eso fuera lo que esperaban. Sin embargo, pese a lo bueno o a lo malo, había llegado el día.

—¿Estás nerviosa? —preguntó Dmitry sacándome de mis pensamientos.

—Siempre lo estoy, pero esta vez, se siente diferente, es como si la madurez te otorgara algún tipo de poder.

—O y yo lo dejamos —soltó Dmitry sorprendiéndome.

—¿Por? —cuestioné.

—Sé que soy una persona con defectos, pero merezco tener a mi lado a alguien que se sienta orgullosa de tenerme como novio. Estoy harto de ser el secreto de O, quiero salir y tomar su mano, gritarle que la amo, besarla sin ver para todos lados —me explicó él con dolor.

—Te entiendo, no negaré que me sorprende tu decisión, pero creo que es lo mejor. —Me acerqué a él y lo abracé.

—¿Extrañas a Ibai? —indagó mi amigo.

—Todos los días de mi vida, pero he logrado sobrevivir sin él.

—Sabes cuando todo con ese hombre acabo, pensaba que tarde o temprano terminarías involucrada con Gregor, pues, de algún modo, a él lo habías conocido antes y con él habías tenido algo, pero ahora comprendo que cuando realmente amas a alguien, es difícil olvidarlo.

—Sin embargo, también debes entender que el amor propio es más importante que cualquier relación.

—¿Te hubiera gustado que las cosas fueran diferentes?

—No, justo ahora no puedo imaginar mi vida sin... —Guardé silencio—. No cambiaría nada.

Dmitry se separó de mí y se giró.

—¿Qué pasa si no logro dejar de amar a O?

—Supongo que de algún modo siempre la vas a amar, después de todo su relación fue secreta, no mala.

—Tienes razón, espero...

—Bella, Dmitry, ya vamos a comenzar —nos interrumpió Carolina, una de las nuevas bailarinas.

—Bien, vayamos a nuestros puestos —dije, la chica asintió y se perdió de mi vista, puse la mano en el hombro de mi amigo y agregué—. Hablamos luego de esto.

—Al salir nos vamos a tu casa, necesito olvidar mis penas con alcohol.

—Vale, yo también quiero olvidar un par de cosas —afirmé.

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La obra hablaba de una chica, que llegaba nueva a una comunidad. Ella deseaba causar buena impresión y ser aceptada entre los habitantes de ese lugar. Sin embargo, sin importar lo que hiciera, las personas ya se habían formado un concepto diferente de ella.

Muchos la juzgaron por su forma de hablar, otros por su forma de vestir; algunas chicas solo inventaron cosas de ellas por envidia y otras solo fingieron que la recién llegada no existía. Solo una persona fue la que se acercó a ella y se tomó el tiempo de conocerla.