Atravesamos el vestíbulo y salimos del hotel encontrándonos un vehículo pequeño y claro, la camioneta que llevaba al resto del equipo.
—¿Por qué ustedes van separados de nosotros? —preguntó Patricia.
—¿Por qué no te metes en tus propios asuntos? —replicó Dmitry sorprendiéndome un poco, normalmente era yo quién salía con patadas.
Patricia también se había asombrado por la respuesta de mi amigo, pero solo le lanzó una mala mirada y regresó a la camioneta.
Nos dimos la vuelta y me encontré a Yuri abriendo la puerta trasera del vehículo.
—Señorita Dubois —señaló para que subiera dentro.
Tomé el brazo de Dmitry y lo hice abordar, luego subí y el mafioso cerró la puerta. Sonreí al ver a Ibai detrás del volante; lo primero que me fijé fue en que su cabello, estaba recogido y dentro de un gorro.
—Bienvenida a bordo, señorita Dubois —declaró viéndome desde el espejo.
De pronto, dos golpes en el vidrio captaron mi atención. Volteé a ver y me sorprendió un poco ver a Nicole parada fuera de la ventana, bajé cristal y le pregunté:
—¿Pasó algo?
—Sí —susurró ella acercándose a mí. Pasó la vista por los presentes y agregó en voz baja—. Patricia lleva una bolsa de semillas de fresa.
—¿Por qué me dices esto? Tenía la idea de que eran amigas —rebatí con desconfianza.
—Lo somos, pero no seré parte de una locura.
—Muy bien, gracias.
La chica solo asintió y se marchó. Cerré la ventana y guardé silencio; lo menos que deseaba era que los 3 hombres aquí presente se preocupara más por mí.
—¿Qué quería Nicole? —indagó Dmitry en voz baja.
—Yo también quiero saber que dijo la chica —soltó Ibai encendiendo el auto.
—Vino a decirme que ya estamos listos para irnos —mentí sosteniéndole la mirada a Ibai por el espejo. Estaba segura de que él no me había creído, pero me mantuve firme—. ¿Nos vamos?
Ibai no dijo nada, no hacía falta, pero su miraba me aseguraba que esta conversación apenas estaba empezando. Puso el auto en marcha y salimos seguidos de la camioneta.
—Sé que no fue eso lo que te dijo Nicole —susurró Dmitry. Lo miré y alcé una ceja—. Mentir se te da fatal.
Suspiré, por desgracia eso lo sabía muy bien.
—Me dijo que Paty planea algo —murmuré.
—¿Es qué no se va a cansar?
—Espero que algún día lo haga, no puedo vivir con este maldito estrés —declaré mirando por la ventana.
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Ibai se estacionó frente a la radio.
—Yo no puedo bajar, pero Yuri te acompañará —ordenó Ibai desde su asiento.
—No, ambos se quedarán...
—Me parece perfecto —me interrumpió Dmitry.
Fue tan sorpresiva su respuesta que los 3 lo miramos asombrados. Mi amigo tomó mi mano y lo entendí, él necesitaba asegurarse de que yo estuviese a salvo.
—Bien, creo que puedo actuar como una chiquilla mimada y pedirle café a Yuri haciéndolo pasar por mi asistente —refunfuñe abriendo la puerta del auto.
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Romance Indecente
ChickLitBella Dubois, es una joven bailarina que se ha esforzado mucho para conseguir una beca en la mejor academia del mundo. Sin embargo, al llegar a Rusia, ella jamás imaginó que el destino cruzaría su camino con el hombre más peligroso de la ciudad. I...