AURORAEl miedo aveces nos hace hacer cosas muy valientes o muy estúpidas.
.
.Miré a todos los lugares del despacho de mi esposo, no había lugar para esconderme.
-Si, dame un momento debo buscarlo- hubo una pausa y luego silencio.
En cualquier otra situación empezaría a enloquecer pero en este momento no podía, tenía que hacer algo antes de terminar terriblemente lastimada. Mire la ventana y no lo pensé mucho la abrí con cuidado mientras escuchaba los pasos cada vez más cerca.
Pasé un pie luego el otro; la manilla de la puerta sonó y yo solo terminé de saltar, puse todo mi cuerpo debajo del muro de la ventana, aguante la respiración por un momento.
-No recuerdo haber dejado...
Sentía su voz tan cerca que pensé que me estaba mirando. Estaba tirada en el suelo, con un bikini, respirando lentamente escondida de mi esposo; después de haberle robado algo que no sabía que era aún exactamente.
-Si aun te escucho... solo deja-lo escuche cerrar la ventana y respire con alivio.
Ha gatas avance hasta dejar la ventana lejos, no quería que me descubriera si decidia mirar afuera, cuando me levante sacudo la tierra en mi cuerpo y camine por el jardín como si nada pasara. Tenía la memoria en mi mano, apretada contra mi palma ya que no tenía donde más ponerla.
Entre a la casa distraída mirando hacia atrás en cuanto gire mis ojos se encontraron con los de alguien.
Calix estaba frente a mi, a mitad de mi sala. Esta no era la manera en la que quería verlo, su cabello estaba despeinado y sus ojos parecían más fríos que nunca.
-Yo...-Me quedé a la mitad cuando escuché a alguien caminar hacia nosotros.
Sin pensarlo, me metí la memoria en la boca.
Calix alzó una ceja, pero no dijo nada.
-Te estaba buscando-dijo Alex llegando a nuestro lado.
-Estaba haciendo unas llamadas-respondió sin quitarme la mirada-tu esposa me estaba indicanda la dirección de tu despacho. Alex hace mucho no miraba tu casa tan... cálida.
Si las miradas mataran yo estaría muerta y enterrada.
Calix tenía una mirada fría pero juguetona como si esta situación le pareciera divertida, llevaba una camisa de vestir negra al igual que sus pantalones y zapatos. Hacía mucho calor no entendía como podía estar tan vestido... aunque quite rápidamente ese pensamiento de mi cabeza, saber cuantos tatuajes tenía se había convertido en un pasatimiento divertido, algunas veces.
-Se puede saber ¿que demonios haces por ahí en bikini Aurora? -la voz de Alex era suave pero no dulce, estaba molesto.
Me metí la memoria debajo de la lengua antes de responder -Sólo quise tomar algo de sol.
-¿Y has decidió hacerlo en el césped?
Miré hacia abajo y no me había dado cuenta que la tierra del jardín se había secado y ahora parecía sólo lodo pegado a mi cuerpo.
Alce mi mirada a ambos, pero tratando de ignorar a esos ojos que no dejaban de mirarme como si estuviera muy divertido con la situación.
-Dicen que es bueno para la piel-dije sin más.
Él resoplo.
Miró primero a Calix y luego a mi.
-¡Sube ahora mismo y ponte algo decente, tenemos visitas!
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VENDER MI ALMA
Любовные романыDicen que el destino son la acumulaciones de nuestras decisiones, pero cuando creces como Aurora esa no es una realidad. Nunca había tomado una decisión significativa en su vida; desde su matrimonio forzado, hasta la "casa" o jaula donde pasaría en...