CALIX
Los marineros morían con el canto de las sirenas, algunos otros por sus profundos ojos.
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.Había personas que elegirían cambiar su vida con la de otros sin pensarlo pero yo no. Nunca había deseado tener otra vida más que la mía.
Nací en la mafia pero nunca quise estar debajo de ella, nunca quise que un capo decidieran las reglas de mi vida, así que corrompió el sistema.
Estar desligado de la mafia pero aún así hacer negocios con ellos había sido un paso casi natural; había pasado de generación en generación. Un mundo que estaba lleno de sangre, balas y de mucha muerte pero al final estaba en un lugar que me gustaba, más rico de lo que jamás hubiera soñado y con más poder que cualquier mafioso italiano.
Tenía 29 años y la mayor parte de mi vida en este negocio no me había arrepentido de mis decisiones y esperaba que esta no fuese una de ellas.
Tome el teléfono en cuanto sonó.
-¿La tienes? -pregunte.
-Si, esta en la mansión.
-¿Esta viva? .
-Si, debe tener algunos golpes... pero esta viva.
-Bien, voy en camino.
Termine la llamada y le pedí al chófer ir a la mansión, tenia que hablar con mis hermanos antes de poder decidir que hacer con ella, los conocía.. No estaban felices con esta decisión pero no me podía importar menos, eran mis socios y mi familia; pero nadie me decía que hacer.
En cuanto llegue me dirigí al sótano. Nuestra casa era una enorme y blanca mansión moderna, con grandes ventanales unas 12 habitacións, una enorme piscina, y largas yardas de jardín. Lo mejor era lo alejado que estaba de la ciudad.
En cuando baje del auto me recibieron Lex y Kaira mis dos hermosos doberman, eran enormes, negros y nadie se les podía acercar más que mis hermanos y yo, ya les había arrancado las manos y el rostro a más de uno. Los acaricie y me siguieron a casa.
En cuanto entre pude escuché los gritos de Nina y Kann, tomé un respiro. Sería una noche larga.
En la mansión había habitaciones para todo, para dormir para torturar, para fiestas, nuestras oficinas y el sótano donde estaba el gimnasio, celdas y un enorme lugar de entrenamiento que era básicamente el lugar de Nina para torturar a los nuevos "reclutas". Los gritos nunca parabanx ya sea por placer o por dolor.
Baje al sótano, pase el gimnasio y entre a una de las habitaciones. De donde provenían los gritos.
-¿Ahora porque discuten? -pregunte.
-Bien, has llegado -dijo Nina al otro lado de la habitación -me puedes decir ¿porque no voy a hacer la entrega y porque en este momento esta la esposa de Alex en una de las habitaciones? -replicó entrecerrados los ojos.
Kann se río y se dejó caer en el sofá.
Mi hermano tenía mi complexión pero solo eso tenemos en común, pocas cosas se las tomaba en serio.
-No sabía que te tenía que dar explicaciones Nina.
Ella retrosedio aunque yo solo me acerque para servirme un trago.
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VENDER MI ALMA
RomansaDicen que el destino son la acumulaciones de nuestras decisiones, pero cuando creces como Aurora esa no es una realidad. Nunca había tomado una decisión significativa en su vida; desde su matrimonio forzado, hasta la "casa" o jaula donde pasaría en...