Los mejores meses de mi vida [Secuela After the bell rings]

Capítulo cuatro: Largo camino

Miss Gina's pov

Yo sabía que Andrea no era una santa, ninguno de mis alumnos lo era, yo lo tenía bien en claro, pero había un extremo entre ser santo y pelearse con alguien y organizar todo un problema.

Fue en ese momento cuando me di cuenta de que ellos realmente estaban perdidos, y era mi responsabilidad arreglarlo.

(Llamada entre madre María Antonieta y miss Gina)

- Gina.

- Paz y bien... buenas tardes, madre directora, es una sorpresa recibir su llamada... coménteme.

- Verás... hoy fue el primer día de taller, sólo llamaba para preguntar qué tal te fue con los chicos ¿Todo en orden? ¿Hablaron de más?

- ...

- ¿Hablaste tú de más?

- No, para nada. Le aclaré de inmediato.

- Tal y como me gusta. Escuché una pequeña risa del otro lado de la línea. - También venía a recordarte que si no logras reconstruir su paz mental antes de que termine el año... no podré contar contigo para el siguiente año escolar, eso era parte de nuestro contrato... ¿Estamos?

- Sí, por supuesto, confíe en mi madre María Antonieta, no la defraudaré.

- Estoy tan contenta de que hayas vuelto Gina... la última vez que vi tantas sonrisas en nuestros alumnos fue justo en el año que estuviste aquí.

(Fin de la llamada)

Quise responderle algo más pero en ese instante colgó... si antes no tenía motivación para encontrar una solución, ahora sí que la tendría.

Me levanté de mi cama tan rápido como pude y me dirigí a la sala de estudio de mi casa, allí rápidamente intenté encontrar algo que conectara todas las cosas que habían escrito, y noté que todas tenían una parte en común.

Christin.

Y también recordé que Andrea había dicho que era posible que Dal viniera de intercambio en Septiembre... pero Dal y Christin estaban en la misma escuela... por lo tanto tenían el mismo derecho de estudiantes para venir de intercambio... ¿Y qué iba a pasar si venía ella?

Algo en mi cabeza hizo clic y no esperé ni un segundo para seguir mi instinto.

Tenía que evitar que esta chica, Christin, viniese a toda costa.

Podría poner en riesgo mi trabajo... lo pensé muy seriamente, hasta que recordé las palabras de madre María Antonieta: "Si no logras reconstruir su paz mental antes de que termine el año... no podré contar contigo para el siguiente año escolar".

Pues bien, porque esto iba a ayudarme a reconstruir la paz mental de todos mis estudiantes allí... entonces literalmente era el plan perfecto, no, nada podía fallar si mi teoría era correcta.

Y mis teorías siempre eran correctas.

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