Capítulo doce: Sabio como un maestro

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En esa fría mañana, bajó de su auto con sus folders en la mano y aquella cartera que siempre solía usar.

Había sido un buen fin de semana para ella también.


- Hace algo de frío, eh. Mencionó al ver a una de sus alumnas apoyada en una columna cerca a las escaleras. - Paz y bien. Sonrió.

- Paz y bien, miss Gina... sí, hace algo de frío. Rio. - Pero esta casaca abriga muy bien.

- Me parece haberla visto antes. La analizó durante algunos segundos. - ¿No es de Thiago?

- Sí... me la prestó hace unos días, igual no creo que pueda usarla mucho tiempo sin que miss Bertha pida que me la quite. Rio.

- Oh... ya veo. Sonrió ella inconscientemente. - Ten un buen resto de tu día, Fer.

- Usted igual.


Se dirigió hacia el ascensor y esperó por llegar a su destino.

Allí solamente comenzó a organizar algunas de sus cosas mientras esperaba a que sus estudiantes llegaran.

Aun no daban ni siquiera las 7:10 AM, estaría a tiempo sin importar con quien se hubiese detenido a conversar.


- Buenos días Yadiel. Saludó a su alumno cuando lo vio entrar al salón de clases.

- Paz y bien, miss Gina. Le devolvió el saludo él. - ¿Llegando temprano?

- Por supuesto. Rio ella. - ¿Qué tal tu fin de semana?

- Bien... nos divertimos bastante en la fiesta de Adriana, ha sido la mejor hasta ahora.

- Ya veo. Se contagió de la sonrisa de su alumno. - Me alegra por uste-.

- Ya, Adriana, tampoco estaba tan mal. Interrumpieron inconscientemente las dos chicas al entrar al salón de clases.

- ¿Ah no?

- Obvio no.

- ¿Entonces cómo explicas que tú y Maguiña se metieron a la cabina del DJ?

- Jajaja... hablando de eso ¿Pagará la consola?

- Como si tuviera otra opción. Rio la pelinegra. - Lo sentimos. Se disculpó al llegar frente a su maestra y su amigo. - Paz y bien.

- Paz y bien, chicas... ¿Entonces? ¿Qué tal?

- La fiesta estuvo bien. Respondió Yadiel. - Lo mejor fue ver a Adriana incrédula cuando perdió contra Andrea en una apuesta que hicieron.

- ¡¿Qué?! Adriana... pensé que ganarías la apuesta. Rio su maestra.

- ¿Qué va a ganar ella? No pues, yo le dije. Respondió orgullosa y su amiga sólo rodó los ojos. - Ahora Adriana me debe 10 soles... y yo le debo 1300 a Maguiña. Murmuró la última parte y su maestra, asombrada, tomó la palabra.

- ¿Qué? No... no es posible que debas tanta plata en una sola noche. Rio ella. - Menos a esta edad.

- Pues el Sábado descubrimos que sí es posible. Rio Yadiel. - Entró a la cabina del DJ con Maguiña y digamos que Maguiña estaba en su mundo así que... derramó un vaso sobre la consola del DJ y no terminó muy bien.

- Pero... ¿Qué tienes que ver tú ahí? Ese fue Maguiña. Volvió su mirada a su alumna.

- Estaba algo pasado por mi culpa. Rio la castaña. - Siendo sincera, esa es la única razón por la que lo ayudaré a pagar la consola... me dio un poco de pena.

- Fue uno de los mejores momentos. Rio su amiga. - Aunque tuve que fingir que estaba medio decepcionada de la situación.

- Sí. Se contagió de su risa. - Oigan, traje algo cuando estaba camino aquí... ¿Quieren muffins?

Los mejores meses de mi vida [Secuela After the bell rings]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora