Capítulo veintinueve: Balance

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Matias' pov


Salía de mi salón para sentarme en las bancas un rato después de 6 horas de clases... el recreo era genial después de todo.

Martes 7 de Noviembre y esta vez la temperatura era algo cálida, mas cuando el viento soplaba, no decía lo mismo... la primavera siempre me ha parecido rara por ese motivo.


- Matias. Escuché la voz de alguien mientras bajaba las escaleras, no lo pude distinguir del todo y volteé rápidamente.

- Hola, Alejandro... ¿Qué fue?

- ¿Qué acaso no puedo saludar a mi mejor am-.

- Déjame adivinar. Respondí al ver como se hizo el ofendido. - ¿Necesitas plata?

- Sólo 2 soles más para la hamburguesa... ¿Porfa?

- Te conozco tan bien. No pude evitar burlarme de la situación. - ¿Cuándo devuélves?

- Mañana... así que no jodas con los intereses. Rio él mientras buscaba alguna moneda en los bolsillos de mi casaca. - Gracias.

- De nada. Sí... solía pasar un tanto seguido, pero no podía quejarme, yo también le pedía dinero a veces.


Finalmente pisé el último escalón y tomé mi teléfono, me haría bien distraerme un poco.


(Chat entre Adriana y Matias)


Matias: Hola, Adri... ¿Estás?

Adriana: Hola, amor, claro, ¿Qué pasó?

Matias: Nada, sólo quería saber qué hacías.

Adriana: Oh... en el salón con miss Gina y Vistima, ¿Y tú?

Matias: Nada, en las bancas de cemento.

Adriana: ¿Quieres que vaya contigo?

Matias: ¿No estás ocupada?

Adriana: No realmente... sólo estábamos hablando un poco mientras preparaban algunas cosas para las clases de miss Gina.

Matias: Entonces sí... me haría bien que vinieras :).

Adriana: Allí estaré, un beso.


(Fin de la conversación)


Sí... tenía a la novia más dulce y hermosa del mundo.
























- Me tengo que ir. Las interrumpió accidentalmente Adriana.

- ¿A dónde? ¿A besuquearte con Matias? ¡Auch! Adriana. Rio la castaña reclamándole cuando su amiga le tiró una cartuchera que tenía dentro de su mochila, la pelinegra simplemente reaccionó con una risa intenando ocultar el color carmesí de sus mejillas mientras le decía a su amiga que cerrara la boca.

- Claro, Adriana, no te preocupes. Rio su tutora. - Nos vemos mañana. Se despidió y esperó por que su alumna saliera del salón. - Tú no cambias... ¿No es así?

- No, jamás. Rio junto a su profesora nuevamente. - Y... listo, terminé de cortar las fichas para la clase de mañana. Anunció con orgullo. - ¿Necesita algo más?

- Mmm... creo que no, sólo me queda corregir algunas de estas prácticas y estaré libre de responsabilidades.

- Genial, hasta pronto enton-.

Los mejores meses de mi vida [Secuela After the bell rings]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora