Capítulo 11

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| Límite |

A veces, lo único que nos queda cuando estamos en problemas es afrontarlos, después de todo aunque duela, y aunque nos parezca algo aterrador, es la única forma de solucionarlos.

Por eso mismo, decidí ir con la cabeza en alto a la escuela. Igualmente no podía hacer otra cosa pese a las amenazas por parte de Ren. Quizás el hablar las cosas pueda convencerlo de no llegar a un extremo conmigo o Rindou. Planeaban quizás secuestrarlo o quién sabe qué... no me arrepiento de no haberlo drogado, a pesar de lo que me ha hecho, yo soy alguien incapaz de hacerle algo tan horrible a otra persona.

Llevé la chaqueta que Rindou me había prestado aquel Sábado en la noche a la escuela para devolvérsela. Había sido muy amable de su parte el tomarse la molestia de venir a dejarme.

Pero, mi abdomen sigue muy lastimado.

Me preocupan mis heridas, sin embargo no puedo hacer nada más allá para atenderlas más que esperar a que sanen. Aunque un dolor se me había extendido a lo largo del brazo debido a esto.

Solo espero que Ren no me golpeé otra vez. Intentaré buscar a alguna persona con la cual estar para no quedarme sola y que Ren tenga la oportunidad perfecta para atacarme. Aunque no le agrado a nadie... lo mejor será situarme cerca de un grupo de gente, considerando lo extremadamente temprano que llego a la escuela.

Como de costumbre, llegué junto con mi madre quien se fue con prisa hacia su oficina. Los pasillos de la escuela se encontraban vacíos, tal vez demasiado para estos momentos en los cuales intento no estar paranoica.

Llegué a mi salón, tomando asiento en mi lugar abrazándome a mí misma y dejando la mochila en la silla. Inconscientemente comencé a temblar, y aunque una parte de mí tenía la esperanza de que fuera por el frío, otra estaba mirando atentamente la puerta lista para gritar en caso de que alguien llegara de forma brusca para hacerme daño.

No debería temerle a nadie, mi vida siempre ha sido tranquila... y aunque a veces me hubiese gustado disfrutar, cuando me encuentro con miradas desagradables sobre mí o situaciones que no puedo manejar, prefiero mil veces tener la misma rutina que de alguna u otra forma me llevará a un buen futuro.

La puerta se abrió de golpe, haciéndome ahogar un grito y dar un pequeño brinco en mi lugar.

Me tranquilicé irónicamente cuando vi a Rindou entrando al salón.

Su mirada se cruzó con la mía, pero solo caminó hacia el final del aula para poder tomar asiento en la parte trasera. Me sentía más tranquila, no vendrían por mí al menos por ahora.

De mi mochila, decidí sacar la chaqueta que Rindou me había prestado, levantándome de mi lugar y caminando hacia el asiento de al fondo hacia donde estaba él mirando su móvil. A medida que estuve más cerca, levantó la cabeza de forma curiosa alzando una ceja.

-ten. -le extendí su chaqueta.

Él la recibió, dejándola encima de la mesa.

-¿esta lavada?

-por supuesto.

-muy bien. -habló con indiferencia volviendo a ver su móvil. Me di la vuelta para caminar hacia mi asiento- por cierto. -me volteé- ¿por qué estabas ahí?

-porque... -me puse más derecha y firme intentando mentir- quería divertirme en algún club nocturno. -respondí con desinterés.

-no te divertiste mucho, entonces. -se inclinó un poco hacia adelante sin dejar de verme- ¿no te gustó mi música?

Eso me tomó por sorpresa.

-no es mi estilo.

-¿pero querías ir a un club nocturno?

ᴏᴛяᴏ ᴍᴜɴᴅᴏ | 𝐑𝐢𝐧𝐝𝐨𝐮 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 𝐱 𝐎𝐜 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora