ᴏᴛяᴏ ᴍᴜɴᴅᴏ | 𝐑𝐢𝐧𝐝𝐨𝐮 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 𝐱 𝐎𝐜 |

Capítulo 12

| Un nuevo comienzo |

✾ Lissa ✾

Mi noche fue pésima.

No solo despertaba frecuentemente de forma agitada, sino también en medio de mi sueño y mi lado consciente imaginaba que mis padres llegaban a buscarme, o mi hermano, que me decían que todo estaba bien, que estaba en mi cama, en otras imágenes hechas por mi cabeza me seguía viendo encerrada en la habitación en la cual había estado horas antes para luego darme cuenta de que nada estaba ahí, sólo Rindou dormido a mi lado y yo en esa habitación a salvo, pero no con mi familia.

Fue una noche horrible y eterna, además mi abdomen dolía, y solo quería que el sol saliera para poder irme a casa.

Sorprendentemente, Rindou no se había ido. Ni sabía cómo sentirme tampoco, las veces en las cuales desperté y lo vi ahí, sólo en una de esas veces en las cuales me desperté por pocos segundos, él también lo hizo únicamente para decirme que volviera a dormir, que nadie me haría daño.

Y ahora estoy despierta otra vez, pero al menos ahora al fin veo la luz de la mañana, aunque Rindou sigue durmiendo a mi lado, aún con ropa de la noche anterior y por encima de las mantas. Dormir con un chico bajo las mantas sería demasiado atrevido.

Quiero mi móvil y decirle a mi hermano que estoy bien... quizás si le digo que estoy bien ya no esté con esta angustia que siento ahora. Pero sé perfectamente que si lo hago, la policía vendrá y probablemente culpen a Rindou de todo esto, y con su historial no sería para nada extraño.

Decidí despertarlo.

Comencé a moverlo de forma cuidadosa con una de mis manos en su brazo. Frunció aún más su ceño, pero terminó abriendo sus ojos encontrándose con los míos. Se dió la vuelta para tomar su móvil el cual estaba en una pequeña mesa de noche a un lado de la cama, lo acercó a unos pocos centímetros de sus ojos para ver bien la hora, ya que no tenía sus anteojos y dudo que sus lentes de contacto.

-ugh... -colocó la palma de su mano por unos segundos- voy a arreglarme para ver qué haremos contigo, puedes tomar lo que quieras de la cocina. -se levantó de la cama.

No le respondí, solo vi como salia de la habitación dejándome sola. Al sentir como cerraba la puerta de lo que parecía ser su habitación -ya que yo estaba en la de invitados- me levanté.

Decidí ir al baño disponible, y lo primero que hice al ver mi rostro fue abrir un poco mi boca con algo de sorpresa.

Un lado de mi cabeza estaba morado, se veía como un golpe muy feo.

Parpadeé de forma rápida cuando mis ojos comenzaron a cristalizarse. Pero no quería llorar otra vez aquí, no podía.

Estoy muerta de miedo, siento una angustia terrible. Pero tengo que obligarme a guardar estos sentimientos hasta que pueda soltarlos estando sola, o al menos en otro momento.

Hice mis necesidades, lavé mis manos, mi rostro, y mi boca con el enjuague bucal que había ahí. Con mis manos secas cepillé mi cabello y fleco el cual estaba un poco desordenado. Mis ojos estaban algo rojos alrededor debido a todo.

Salí del baño, escuchando la ducha en el cuarto que estaba al final con la puerta cerrada. Al estar toda la casa en silencio, podía escucharse. Decidí ir hacia lo que parecía ser la cocina, lo primero que hice por supuesto, fue abrir la nevera.

Habían botellas de alcohol y pedazos de pizza, pero también huevos y otros alimentos como yogures, leche, agua, entre otros. Honestamente no tenía hambre ni ganas de cocinar.

Tampoco sabía cocinar... eso es trabajo de las empleadas del hogar.

Comería pizza, pero no es parte de mi dieta, así que me decidí por sacar un simple yogurt con trozos de fruta. En otros casos me hubiera preparado algo, pero... no quiero nada.