Capítulo 5

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| Algo a cambio |

Mi madre se encontraba delante mío de brazos cruzados negando con su cabeza mientras miraba mis rodillas.

-¿ahora qué van a pensar de ti en la escuela? -dijo en medio de un suspiro- ¿puedes caminar bien?

-si.

-bien, vamos o se nos hará tarde. Recuerda que si te sientes mal, tienes que ir con la enfermera de la escuela.

-esta bien. -asentí.

Ya íbamos camino a la escuela como otro día más, luego de lo que había ocurrido con Rindou, las empleadas de la casa me ayudaron a curar mis heridas y vendar mis rodillas y tobillo, ya que no era algo grave como para ir a un hospital. A pesar de eso, ahora llevaba puestas unas rodilleras negras para que las vendas no se vieran tan mal y llamativas. Me sentía mal de todas formas por mentirle a mi familia, se sentía como haber hecho algo malo y prohibido, jamás había salido a esos lugares, mucho menos yo sola o con un chico, se molestarian demasiado si lo supieran.

Salimos de casa para poder ir al auto junto con mi madre, quien ya estaba lista también. Era temprano, pero yo siempre me levantaba horas antes para poder hacer todas mis necesidades e ir totalmente lista a la escuela, no tengo inseguridades físicas, pero estar lista desde mucho antes me hacía sentir más tranquila en gran parte.

-¿cuánto queda para acabar ese trabajo, Lissa? -preguntó mi madre una vez que subimos al auto.

-solo unos detalles.

-ya veo, ¿irás hoy?

-quizás.

-me avisas... y por favor, fíjate por donde caminas, ¿cómo es posible que te estés cayendo luego de tantos años caminando con buena postura? -puso sus ojos en blanco, yo solo apreté mis labios.

No dijimos nada más en el resto del camino, ya que tampoco había más que hablar y al parecer ella estaba ocupada viendo su móvil, lo cual era mejor para mi en parte, me gustaba escuchar música sin que pensara que la estaba ignorando.

Ya por suerte solo tenia que pasar todo a la computadora si es que Rindou había hecho la parte del trabajo que le había pedido... espero que si.

Cuando llegamos a la escuela, como siempre demasiado temprano, yo fui la primera en llegar a mi salón. Mi tobillo desde aquella caída seguía doliendo al caminar, así que lo hacía de forma lenta. Lo mejor seria estar únicamente con mis zapatillas puestas, los tacones serán incómodos a pesar de que así acostumbro vestir, aunque ahora con mi uniforme, las zapatillas se veían bien con la falda.

Me senté en mi lugar para repasar algo de materia ahora que no había nadie, dejando los auriculares en mi mochila viendo uno de mis cuadernos de matemáticas, que era uno de los ramos que tocaban a primera hora. No me quejo, se me hacia divertido.

No quise pensar más en otros asuntos, solo concentrarme en las operaciones correspondientes, después de todo es mi única responsabilidad, estoy algo cansada, pero no debería quejarme de ello.

Mientras que los minutos pasaban, levantaba mi cabeza de vez en cuando para ver si alguien más llegaba al salón, pero nadie solía llegar tan temprano, solo pasaban algunos estudiantes por fuera del salón, de momento todo bastante tranquilo.

Los minutos pasaron, los estudiantes llegaron de a poco, no los volteé a ver ni ellos a mi, pero ya la escuela estaba con más personas que iban llegando, yo ya había terminado de repasar la materia que de todas maneras ya entendía, así que solo me quedé escuchando música -otra vez- mientras que miraba hacia el frente del salón esperando a que todos o la mayoría llegaran, y así fué.

ᴏᴛяᴏ ᴍᴜɴᴅᴏ | 𝐑𝐢𝐧𝐝𝐨𝐮 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 𝐱 𝐎𝐜 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora