Capítulo 7: ¿Que no era así...?

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Pasaron cuatro días desde el accidente que sufrió Kageyama. Finalmente, por el golpe obtuvo una licencia de una semana, lo que instantáneamente consideró excesivo. Sin embargo, tanto sus compañeros de equipo como su madre le insistieron que siguiera las órdenes de los médicos por su propio bien.

No estaba seguro si a raíz del golpe o del descuido que tuvo consigo mismo durante varios días, pero su cuerpo estaba agotado, por lo que silenciosamente agradeció el descanso. Pero ya para el tercer día, siendo domingo, se sentía lo suficientemente descansado y aburrido como para insistir en volver a sus actividades rutinarias, algo que su madre rebatió. Él simplemente no quiso arriesgarse a contradecirla.

En ese cuarto día, cuando Akiko salió de la casa para trabajar, decidió intentar volver a su rutina. Por lo que se levantó temprano y salió a correr. Estaba contento pudiendo moverse y hacer ejercicio, pero ese sentimiento duró poco.

"¡¿Tobio?! ¡¿Qué mierda estás haciendo?!" Se volteó para ver a la persona que lo había regañado lentamente.

"Oikawa-san..." El castaño, quien estaba con ropa normal, se acercó a él con el ceño fruncido.

"Tú deberías estar en casa descansando."

"Pero ya me siento bien-"

"No me importa, tú vas a seguir las ordenes del médico y punto." Dicho esto, tomó su muñeca y comenzó a caminar, pero pronto se detuvo. "¿Dónde queda tu casa?"

"¿Para qué quieres saber eso?" Kageyama preguntó confundido.

"Para llevarte yo mismo. Con lo terco que eres, si no te vigilo, quizás vuelvas a salir..." Reclamó Oikawa entrecerrando los ojos.

"Puedo ir yo solo... No volveré a salir, ¿bien?" Murmuró de mala gana en respuesta.

"Demasiado tarde para eso. Dirección. Ahora."

Con resignación, el pelinegro los llevó hacia su hogar y mientras abría la puerta, volteó a mirar al castaño que permanecía parado detrás de él esperando.

"Puedes irte..." Avisó Tobio.

"Ya te dije que me quedaré para vigilarte."

"No es necesario."

"Tobio, no me voy a ir."

Kageyama no entendía absolutamente nada. Miró hacia la puerta ya abierta y luego nuevamente hacia el muchacho. No quería que se quedara, pero después de un año junto a él en el Kitawaga Daiichi sabía lo persistente que era Tooru... aunque por lo general la situación era al revés, y por más que él se acercara, el castaño lo alejaba.

En completo silencio, entró a la casa y Oikawa lo seguía muy cerca para evitar que el pelinegro lo dejara afuera.

"Bien, a la cama a descansar." Ordenó Tooru con autoridad, por lo que el pelinegro se comenzó a sentir irritado.

"¿Puedo tomar un baño antes al menos?" Tobio replicó molesto. Oikawa rodó los ojos antes de responder.

"De acuerdo. Un baño rápido y luego a la cama." Kageyama partió pisando con fuerza e hizo sonar su lengua en señal de frustración. "Escuché eso, Tobio..." Ante eso, el pelinegro caminó más rápido hacia el baño para alejarse del otro.

¿Por qué lo estaba tratando como un niño pequeño? Pensaba mientras tomaba su baño. Casi parecía que estaba preocupado por él, pero eso no era posible... después de todo, se trataba de Oikawa Tooru... Y hasta donde él sabía, a Oikawa Tooru él no le agradaba.

Pronto, sus pensamiento fueron interrumpidos por unos golpes en la puerta.

"Tobio, llevas 10 minutos ahí dentro, ¿qué tanto estás haciendo, ah?"

Punto de Inflexión [Oikage]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora