Capítulo 11: ¿Buenas o malas decisiones?

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Kageyama abrió los ojos. Se levantó y al instante sintió que su cara dolía, por lo que llevó sus manos a su cara. Al hacer eso, notó con sorpresa como su cara estaba levemente hinchada. Se comenzó a quejar por el dolor en su boca, y pronto unos pasos se comenzaron a oír cada vez más cerca.

"Tobio, ¿ya te levantas-?" Oikawa empezó a decir mientras entraba a la habitación, pero se detuvo a media frase. "¡JAJAJAJAJAJAJAJ! ¡Pareces una ardilla, te ves tan ridículo!"

"¡Cállate-! Ouch..." Se quejó nuevamente, interrumpiendo su reclamo al otro.

"A ver, abre la boca..." Tooru ordenó delicadamente después de sentarse junto a él.

"¿Para qué?"

"Para ver si se detuvo el sangrado..." El pelinegro lo miró de reojo un par de veces, sintiéndose algo avergonzado, hasta que solo decidió hacerle caso soportando que le dolía aun más. Después de una breve inspección, Oikawa se alejó y le pasó un trozo de papel higiénico. "Excelente, ya no está sangrando. Pon aquí los algodones que tienes en la boca." Rápidamente, Tobio consintió, completamente rojo. Tooru antes de la habitación para ir a botar el papel, le habló nuevamente. "En el velador te dejé un vaso con agua y paracetamol. Tómatelo."

El agua estaba fría, algo que alivió un poco el dolor que sentía. Dejó luego el vaso en el velador, y acomodó las almohadas para sentarse. El castaño volvió con una bandeja.

"Toma..." Le entregó un tazón con gelatina. Kageyama sintió como el recipiente estaba frio por el contenido, y en lugar de comerlo puso tazón junto a su mejilla en un intento por apaciguar la hinchazón. Tooru realmente intentaba no seguir riéndose, de verdad estaba haciendo un esfuerzo... pero Tobio no se lo estaba haciendo fácil. "También te traje unas bolsas de gel frio para que te lo pongas en la cara." Anunció mostrando los objetos aludidos en la bandeja.

Kageyama hizo un pequeño puchero al ver que el otro apretaba sus labios para contener una risa, e intentando ignorar al otro metió una gran cantidad de gelatina en su boca. No podía describir el efímero alivio que sintió mientras el alimento frio hacía contacto sus heridas.

"Gracias..." El pelinegro susurró con su vista fija en el alimento.

"De nada, Tobio-chan." Estuvieron un rato en silencio, hasta que Oikawa volvió a hablar con más seriedad. "Emmm... Tobio..." Pronunció con algo de timidez y Kageyama lo miró esperando a que terminara. "Este..." Finalmente, solo negó con la cabeza lanzando un suspiro. "Solo... solo quería preguntarte cuándo vuelve tu mamá."

"Mañana en la tarde."

"Ok, en ese caso, me quedaré esta noche." Oikawa señaló, sorprendiendo al otro.

"¿Qué? No, no tienes que hacer eso."

"No quiero dejarte solo." Justo después de que el castaño dijera aquello, tanto él como Kageyama se reusaron a mirar al otro, por lo que no notaron que ambos estaban sonrojados. Estuvieron varios minutos así, hasta que, para fortuna de ambos, alguien tocó la puerta principal de la casa. "¡Ah, ese debe ser Iwa-chan!" Exclamó saliendo rápidamente de la habitación. Kageyama soltó una bocanada de aire en el momento en el que se encontró solo.

'Vaya... ¿Qué fue eso?'

 ¿Qué fue eso?'

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Punto de Inflexión [Oikage]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora