VI

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—¡Te estaba esperando, Iceberg! – Gritó Bright.

El ángel por su parte no respondió, solo los miró fijamente y los dejó alejarse un poco. En vez de relajarse, Bright se puso en guardia.

—Oye tu, toma el volante. – Pidió Clef al agente a su lado mientras soltaba el volante y subía al techo del auto también.

—¿Que crees que haces?

—Hey, también quiero ver a tu estimado amigo.

—Estorbaras y probablemente mueras.

—Genial, premio doble.  – No hubo tiempo de discutir más, pues Iceberg comenzó a moverse.

A toda velocidad el ángel por fin se lanzó a atacar. Padre e hijo estaban listos para defenderse, pero cuando el enemigo estaba a un par de metro, entre ambos se asomó un arma de alto calibre que dejó salir una ráfaga de balas directo al recién llegado enemigo.

Sin ningún problema fueron bloqueadas con ayuda de la enorme arma que Iceberg llevaba, pero eso bloqueó su visión un momento, dándole el tiempo a Clef de apuntarle con su escopeta y darle directo en la cara una vez retiró la guadaña. Aquello lo hizo parar un momento, pues para el ángel era como si le lanzarán arena a la cara, y eso picaba en sus ojos.

—Bien, prueba terminada.

—Estas loco.  – Aún así Bright rió un poco y después silbó.

Esa fue la señal para que Kondraki se lanzará desde los árboles hasta el ángel y lo atrapará mordiendo su pié. El resto de lobos aparecieron ya listos para devorarlo en cuanto bajara lo suficiente. Ya recuperando su vista un poco, y notandose muy molesto, Iceberg hizo su movimiento. Con una mano sostenía su arma, y la que estaba libre la elevó al cielo. Pequeños portales se abrieron y extrañas criaturas armadas con espada y escudo comenzaron a salir, las cuales no median más de un metro.

—Oh mierda...

—Eso es nuevo.

Al ver eso, Kondraki soltó a Iceberg y aulló dando una órden. Los lobos se dispersaron, pero rápidamente comenzaron a ser perseguidos por las criaturas. Kondraki por su parte corrió hacia el vehículo que se estaba alejando cada vez más, atrás de él iba su hijo.

—¿¡Ahora cuál será tu brillante plan, Bright!? – El mencionado no pudo evitar reír un poco antes de volver a la seriedad del asunto.

—Antes que nada... Ustedes dos, largo. – Ordenó mientras señalaba a los dos más jóvenes.

—¡Claro que no!

—¡Podremos ayudar en algo!

—Me estorbaran más que otra cosa, quiero decir ¿Cómo me concentraré en Iceberg si tengo que proteger lo más valioso de mi vida?

—Pero...

—Ve, estaremos bien. – Aún molesto, James obedeció.

Saltó del auto y a la par cambió su forma a la de aquel felino enorme. Comenzó a correr siguiendo los demás vehículos de la fundación, siendo seguido muy de cerca por Draven. El auto en el que iban los adultos paró y solo vieron como se alejaban a la distancia.

—Algo me dice que moriremos todos.

—No seas pesimista, Drakky.

—¿Y bien? ¿Cuál es el plan? – Preguntó Clef metiéndose entre los otros dos.

—Para empezar, también deberías irte.

—Nah, no es mi estilo huir de seres hiper poderosos... Soy más de dispararles o follarlos.

Noche de Halloween Donde viven las historias. Descúbrelo ahora