Noche de Halloween

XII

El ambiente del comedor se sintió más que pesado, pues ahora todos querían conocer la verdadera historia de la familia Bright. Una vez todos estuvieron atentos a Gears, el mismo comenzó a hablar.

—La historia de tu familia comienza muchas generaciones atrás, en una época de paz durante la cual un humano podía contraer matrimonio con alguna criatura mágica sin ninguna repercusión negativa.

—¿Entonces mis ancestros son mitad mágicos? – Pregunto Bright por fin probando bocado.

—Si, específicamente una bruja. – Jack casi se ahoga al escuchar eso.

—¿¡Es en serio!? – No solo el Omega se veía sorprendido, era una reacción general debido a la ironía. —Espera... Creo que ya me doy una idea de lo que pasa aquí.

—Hm... Si. – Gears decidió seguir con su explicación. —Quien parece ser una de tus primeros ancestros era una bruja, aunque debido a la falta de un nombre, probablemente haya Sido una bruja común y corriente.

—Alguien sin importancia, supongo.

—Si. Eso fue lo que evitó que sus hijos e hijas fueran cazados cuando la guerra entre ambas facciones empezó. Está desconocida bruja vivió en paz hasta sus últimos días, murió sin saber que sus descendientes tendrían que ocultar sus verdaderos orígenes y aquello que ella dejo como guía para el futuro, sería usado en su contra.

—El grimorio... Pero se perdió hace años. – Gears no contestó, solo estiró su brazo y Julian le entregó un libro.

—El original fue abandonado por tu familia, pues solo les interesó el saber cómo acabar con la magia. Lo rescatamos por simple suerte. – Sin pensarlo un segundo, se lo entregó a Bright. —Y ahora será tuyo.

—¿Mío? Ni siquiera se cómo usarlo. – Aún indeciso, Jack lo tomó.

—Lo descubrirás en algún momento. Si necesitarás información, puedes ir a la biblioteca del castillo a investigar.

—Suena bien, aunque no tengo ni idea de dónde se encuentra.

—Es verdad. – Charles pensó un poco hasta que encontró una solución. —Gerald.

Aquel que había sido nombrado terminó tirando todos los cubiertos y demás trastos que recién había vuelto a recoger. Era obvio que tenía una personalidad tímida y quizá un tanto cobarde.

—Un driade. Creí que solo podían ser mujeres.

—Muy de vez en cuando aparece un hombre, pero siempre Omega. Son usualmente cazados y vendidos a hombres poderosos

—Supongo es la razón por la que lo tienes aquí.

Al momento llegó el nombrado Gerald, el cual se notaba ansioso e incluso parecía algo maltratado.

—Una de tantas razones. Bright, él es Rodney Gerald. Lo pondré a tu cargo, lo que necesites se lo podrás pedir. – Se escuchó una queja llena de ira, que fue apagada por el resto de presentes. Eso hizo sonreír a Bright.

—Asi que ¿Gerald? Espero llevarnos de maravilla.

—Um... Igualmente.

—Bueno, si su majestad me disculpa, fue mucho que procesar por hoy y quiero ir a descansar¿Me guiarías a mi habitación de nuevo?

—Um... – Hubo una mirada a Gears, el cual asintió. —Si, supongo.

—¡Excelente! – Haciendo una muy obvia reverencia burlona, se retiró arrastrando del brazo a Gerald, también sonriendo al sentir una mirada llena de ira sobre él mientras caminaba.

—Es altanero, molesto, engreído y no le importó llegar y hacer enemigos. – Reclamó en cuanto salieron este Julian. —¿Estás seguro que fue una buena decisión?

—No, pero el odio que tiene por los suyos podría ser útil.

—Confiare en ti, supongo.

—En cuanto se adapte, pidanle a Glass que suba a tomar sus medidas.

—Ahora si empiezo a dudar de tu estabilidad mental ¿Te golpeaste la cabeza o algo? – No hubo respuesta, pues se terminaba golpeando de vez en cuando por culpa de sus cuernos. —Bien, no diré nada.

Aquella plática había sido escuchada por Bright, que solo había inmovilizado a Gerald para que no hiciera ruido. Solo esperaba que aquellas fueran sus palabras sinceras y no algo sacado de la manga por tenerlos espiando.

Tuvo que alejarse un poco antes de soltar al driade para que fuera seguro para ambos.

—Espero entiendas que era necesario eso.

—¡N-no lo entiendo!

—Bah, ya lo harás. Ahora dime ¿Quien es aquel que parece tan interesado en ti? Se veía molesto por como terminamos juntos.

—No hay nadie interesado en mi.

—Claro, y yo soy Santa Claus.

—¿Quien es Santa Claus?

—Eso no importa, vamos. – Sin nada de pena, Jack ya iba a comenzar a hacer su espacio en aquel castillo. Tenía que hacerlo rápido, pues ahora esa iba a ser su nueva vida, probablemente para siempre.

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En el capítulo anterior se me olvidó subir esto xdn't

Bueno, ahí está, El rey demonio Gears

Esto lo hice justo después del dibujo de Icy xd, así que ya tiene rato xdxd