V

30 5 18
                                    

Después de aquel incidente que por fortuna se había controlado, habían pasado ya 2 meses. Todos los pendientes que tenían por fortuna ya estaban resueltos y pronto podrían moverse a un nuevo lugar y seguir ocultándose.

O ese era el plan.

—¡Hola Jacky! – A la cafetería, entró el siempre inoportuno Clef.

—Dios, ya volvió este imbécil. – Se quejó Kondraki.

—Yo me encargo de él. – Bright sacó al intruso de la cafetería para hablar a solas con él. —¿Que haces aquí?

—Te dije que volvería.

—De verdad esperaba que no.

—Auch.

—¿Que quieres?

—Ya lo sabes, solo vigilarte.

—Bien, ya lo hiciste, ahora vete.

—Lo haré, lo haré... Siempre que me digas a dónde irás.

—... Ya lo sabes.

—No es fácil engañarme ¿Sabes? Ni a la fundación.

—Empiezo a detestarte a ti y esa fundación. – Clef rió.

—¿A dónde irás? ¿Te ocultaras de aquello que te amenaza?

—No es de tu incumbencia.

—Lo es cuando puedo ayudar

—¿De que hablas?

—La fundación se encarga de asegurar, contener y proteger anomalías. Si, por un tiempo no podrán salir de una celda, pero algo me dice que podrás escapar cuando quieras.

—Eso no es muy convincente.

—Aun así piénsalo. – Y por fin Clef se retiró.

Era una oferta tentadora, pero tenía sus pros y sus contras también. Decidió hablarlo con Kondraki cuando se hizo de noche, el cual no reaccionó de la mejor manera.

—No.

—Al menos piénsalo un poco.

—No necesito pensarlo. No planeo dejar a mi hijo y al resto de la manada encerrados como simples animales.

—Bien, entiendo... ¿Al menos nos acompañarias una parte del viaje?

—Supongo, siempre puede aparecer Iceberg a mitad del camino.

—Lo se, es tan molesto.

—Bright, tienes el poder para acabar con él y no lo haces ¿Por qué?

—Mis motivos tendré, Drakky.

—Bien, si tú lo dices. – Kondraki se levantó. —Ire a darle la noticia a Draven, tu habla con tu hijo.

—Lo haré. – Ambos se dirigieron afuera, en donde estaba la pareja más joven siendo muy melosos. —Se va a enojar...

—Bueno, solo contigo. – Se burló el Alfa antes de llamar a su hijo y retirarse.

James se despidió de su novio y volvió al lado de su padre.

—¿Todo en orden?

—Si, todo en orden... Tenemos que hablar.

Eso no fue un buen augurio. La plática fue corta pero tensa, en la cual James no dijo nada, solo se encerró en su habitación, azotando la puerta al entrar. Bright suspiró, había sido mejor de lo que creyó.

Pasaron unos días y Clef volvió al pueblo, ya con todo listo para llevarlos al sitio más cercano, al menos de forma provisional.

—¿Cómo sabías que aceptaría?

Noche de Halloween Donde viven las historias. Descúbrelo ahora