Desde el momento en que Bright se había desmayado, hasta el medio día del día siguiente, todo había estado tranquilo, pero en cuanto el Omega abrió los ojos, todos sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos.
Pero en su habitación, el Omega se replanteaba sus decisiones.
—Me alegra ver qué ya estás despierto.
—A mí me alegra ver tu carita adorable.
—¡Bright!
—Sabes que no lo digo con esa intención.
—Si, lo sé.
—Bueno, yo estoy hambriento. – Admitió mientras se sentaba en la cama.
—Pedire que te traigan algo de comer. – Gerald se levantó y se dirigió a la puerta, pero al abrirla ya estaba ahí Julián, con cara de pocos amigos.
—Ya despertó¿Verdad?
—S-si...
—Mandare a Glass. – Fue lo único que dijo antes de retirarse.
—Wow, vaya humor se carga
—Bueno, cómo segundo rey, tiene muchas responsabilidades que lo tienen así.
—Claro... ¿Quien es Glass?
—Oh, bueno... Es difícil explicar, pero es alguien muy importante.
—Entonces toca esperarlo con mucha paciencia. – Gerald no entendió, pero solo se retiró para ir por el desayuno de Bright.
Volvió poco después ya con los alimentos y así pasaron un rato muy agradable, hasta que tocaron la puerta de nuevo.
—De seguro es él. – Gerald se aseguro de dejar todo en orden antes de ir a abrir. —Es bueno verte de nuevo, Glass.
—Lo mismo digo, Gerald. – Bright solo podía escuchar su voz, pero no verlo, aunque cuando lo hizo no supo reaccionar.
El dichoso Glass entró a la habitación, teniendo que agacharse para eso. De la cintura para abajo, podía ver un enorme cuerpo de araña, mientras que de la cintura para arriba, había un hermoso Omega con tres pares de ojos abiertos.
—Tu debes ser Bright. Es un gusto conocerte.
—Y tu debes ser... Un ángel de ocho patas.
—Oh. – Glass rió un poco. —Que encantador.
—Y dime... – Bright hizo un ademán para que el recién llegado se presentará.
—Glass. Simón Glass.
—Dime, Simon, ¿A qué se debe tan agradable visita?
—Bueno, vine por orden de su majestad.
—¿Para que?
—Tomar medidas.
—¿Medidas?
—Veras, soy el sastre real, por decirlo de una forma, aunque mi trabajo no se limita solo a vestir a sus majestades.
—¿Entonces a quienes?
—Todo aquel que su majestad considere importante, desde los generales , hasta la servidumbre más fiel. – Gerald se vio algo tímido, dando a entender que él entraba en esa categoría.
—Ya veo... Y supongo que está ropa no solo es especial porque si.
—¡Exacto! Las prendas están impregnadas de una magia especial que ayuda a que el usuario sea más hábil, rápido y resistente.
—Como una armadura muy ligera.
—Algo así.
—Algo me dice que estás prendas son muy raras también.

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Noche de Halloween
Fanfiction[Omegaverse] Monstruos, magia y misticismo, aquellas tres cosas con el pasar del tiempo se han considerado inexistentes, farsas o mitos para explicar todo lo que ahora se conoce de sobra. O eso es lo que él quiere que todos crean. Siglos atrás se pr...