Noche de Halloween

IV

Cuando la mañana siguiente llegó, lo primero que hizo Clef fue dirigirse a la cabaña de Jack. Entró sin siquiera tocar y ese fue su mayor error, pues un cuchillo de mantequilla lo recibió, encajandose en la puerta de madera a pesar de su falta de filo.

—¿Que parte de "vete antes de que sea tarde" no entiendes?

—Bueno, no podía irme sin conseguir tu número, preciosura. – Solo consiguió un sonido de molestia, así como darse cuenta que había otro invitado ahí tomando café. —¿Quién es él?

—Primero di quien eres tú, imbécil.

—¿Acaso quieres iniciar una pelea? – Clef se veía confiado, lo que hizo suspirar al invitado.

—Es exactamente igual.

—Ni lo menciones.

—Si hablan de mi, al menos podrían ser más claros. – Los otros dos adultos se miraron un momento antes de que el más alto suspirara.

—Es tu elección. Vendré a ver a Draven después.

—Claro, te veré después Drakky. – El mencionado salió, apenas viendo a Clef mientras lo hacía.

—Oh, ahora que estamos solos podremos intentar ser más cercanos ¿No crees?

—No estamos solos, idiota. Mi hijo está durmiendo.

—¿Tu hijo? ¿Tienes un hijo?

—¿Por que te sorprende tanto?

—Simplemente no te ves como un padre.

—Perdona, dejé los pantalones anticuados y la calvicie prematura en el armario. – Alto rió. —Supongo no viniste solo a ser un idiota ¿Que quieres

—Que directo. En fin, vine para despedirme, por ahora, pues en definitiva los "peces grandes" querrán más información.

—No saben cuándo dejar de meterse donde no los llaman ¿Verdad?

—Nah. Nuestra especialidad es ser unos entrometidos. – Jack suspiró. —Mira, este lugar ya está fichado y aún si logras que los demás lo olviden, yo no lo haré.

—¿Entonces que quieres?

—Informacion, solo la suficiente para que dejen de joder más arriba.

—Bien, entonces pregunta y veré qué puedo contar.

—Vale. Entonces¿Que es exactamente tu hijo? Recuerdo que llamaste "tu pequeño" a la Cosa que casi nos mata anoche.

—Solo puedo decirte que es mitad brujo.

—Eso no aclara demasiado. – Aún así se imaginaba ya que podría ser la otra mitad. —Bien ¿Por qué estás aquí? Quiero decir, debe haber un motivo por el cual controlas un pueblucho aburrido como este.

—Me oculto. No preguntes de que, no te lo diré.

—Bueno, eso responde una pregunta más. ¿Que tan viejo eres?

—¡Hey!

—Son preguntas de rutina.

—Ush, unos cuantos siglos.

—Qu- ¿¡Siglos!?

—Shhhhhh.

—Si, perdona. ¿Tu nombre?

—Jack.

—Completo.

—... Bright.

—El de tu hijo

—James.

—Entonces, Jack y James Bright.  Supongo será todo por ahora.

—Finalmente.