A pesar de las palabras de Zhao Xiulan, la abuela Cao todavía se siente muy agradecida.
Se quitó el colgante de jade que llevaba en el cuello y dijo:
—Muchacha, no sé como pagarte por lo que has hecho. Tome este collar como muestra de mi agradecimiento.
Zhao Xiulan miró el colgante de jade, era blanco cristalino, y de un vistazo supo que era muy valioso, más aun porque estaba tallado en forma de fénix.
Si estaba en lo cierto, debe haber sido usado por una antigua reina.
Cuando se trata de jade antiguo, no sólo cuenta el valor del objeto en sí, sino también su procedencia, y algo como esto, que fue utilizado por la antigua familia real, es definitivamente un tesoro único.
Zhao Xiulan no esperaba que la abuela Cao le diera algo tan precioso.
Cuando la abuela Cao puso el colgante de jade en su mano, miró deliberadamente el entorno circundante por temor a ser descubierta; tenía que ser cuidadosa de no ser descubierta.
Al fin y al cabo, su colgante de jade era extraordinario y si alguien lo encontraba, podría traerle problemas a ella y a Zhao Xiulan.
—Abuela Cao, no es necesario, se que estás agradecida, pero no puedo aceptar algo tan precioso. —Zhao Xiulan se negó apresuradamente.
Incluso cuando vio semejante tesoro, no quiso aprovecharlo.
La ayuda que ofreció no fue con la intención de recibir algo a cambio.
—Hija, salvaste la vida de Yingzi, lo que equivale a salvar mi vida. Debes quedarte con esto, de lo contrario me sentiré mal —susurró la abuela Cao—. No digas que es valioso, no importa cuán precioso sea algo, no puede ser más importante que una vida ¿verdad?
»Muchas gracias por salvar la vida de Yingzi, me gustaría que lo tomaras. Si no, ¡no sé qué más podría darte a cambio!
Con tanto tire y empuje, Zhao Xiulan tenía miedo de que atrajeran la atención de los demás.
Además, la abuela era muy sincera.
Zhao Xiulan pensó que un colgante de jade tan valioso podría traerle problemas a la abuela Cao si esperaba hasta un momento especial. Así que tuvo que aceptarlo y colocarlo en el espacio.
Al ver que Zhao Xiulan lo aceptaba, la abuela Cao sonrió a sabiendas.
—Hija, nos ayudaste en el camino y siempre lo recordaré. Eres una buena niña. Espero que este colgante de jade te traiga buena suerte.
A lo largo de los días siguientes, el estado de la niña fue mejorando hasta estar completamente bien.
Zhao Xiulan también llegó al destino.
Se bajó del autobús antes que la abuela Cao, que se puso muy triste al verla bajar; se llevaron muy bien en el transcurso del viaje.
Especialmente porque Zhao Xiulan la ayudó y cuidó de ella y su nieta. Ahora que se van a separar, los ojos de la abuela no pueden evitar humedecerse.
—Abuela Cao, no estés triste, te visitaré en Liancheng cuando tenga tiempo.
—Está bien, niña, si tienes tiempo, debes visitarme. —La abuela asintió entusiasmada después de escucharla.
—¡Sí!
Después de despedirse de la abuela Cao, Zhao Xiulan se bajó del tren y llegó a la familiar capital provincial de la provincia de Hui.
En ese momento había bastante gente en la calle.
Primero, envió un telegrama a Jiangcheng para decirle que había llegado a salvo; posteriormente, envió un telegrama a su casa con el mismo mensaje.
