Hay 4 mundos
4 Historias diferentes
4 Maneras de ver el mundo
4 Formas de reinado
4 fronteras que son de mal gusto cruzar
¿Estás listo para conocer estos cuatro mundos?
El mundo donde reina un ser que no se ve y pocos lo escuchan, su reinado es infu...
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Todo estaba saliendo mejor de lo que esperaban las pequeñas tasas, todo esto era por un pequeño error que avía cometido Cuphead que a pesar de ser el hermano mayor, este se dejaba llevar por el dinero y su hermano menor siempre intentaba detenerlo, después de pasar a Dice el rey dado se dirigieron a su último contrincante, te preguntaras ¿cómo dos niños se estaban enfrentando a tantos adversarios siendo tan jóvenes?, o ¿dónde están sus padres?; comenzaremos desde el principio de todo, muchos años antes que sucediera todo esto, en la mente de Cuphead a pesar de todo el tiempo que avía pasado lo recordaba como si hubiera sido resiente...
Su pasado
En una pequeña casa, se encontraba una pequeña pareja de tasas, la esposa siendo una hermosa tasa de té dé color blanco y el esposo siendo una agradable tasa de café, su matrimonio apenas y comenzaba, ellos estaban muy enamorados el uno del otro...
¿Pero?
Pero con el pasar de los años el esposo Mugface comenzó a atraerle las apuestas, al principio solo las veía y ya está, pero con el tiempo fue participando en ellas. La esposa Cuptea no le gustaba para nada esto, ella estaba embarazada y todo esto la estresaba demasiado, su esposo no apostaba regularmente, pero no le gustaba que lo hiciera para nada, cuando nació el pequeño Cuphead él avía parado de apostar o eso creía Cuptea.
Con el pasar del tiempo su adicción a las apuestas crecía cada vez más, hasta el punto en que Cuptea se lo reclamo muchas veces, él no escuchaba esto, ya era demasiado tarde, no peleaban cerca del bebe ni gritaban para que este no los oyera, aunque Cuphead fuera solo un bebe no querían que cuando creciera eso afectara en algo. Pasaron los años, 3 para ser precisos, su padre avía cambiado, estaba totalmente encantado con la idea de ser padre nuevamente, Mugface le avía dicho a Cuptea que pararía esta vez, que no lo volvería a hacer y esta le creyó.
Qué ingenua
Cuphead tenía tres años cuando su hermanito nació, él era tan parecido a su padre con la diferencia de su color azul característico, este estaba muy emocionado por tener un hermano, este prometió que lo protegería desde el momento en que lo vio por primera vez, era tan indefenso y pequeño, quien pensaría que en un futuro el pequeño Mugman fuera quien cuidaría a su hermano mayor. Lentamente, la promesa de Mugface se iba desvaneciendo junto a sus fondos, Cuptea intentaba hacerlo entrar en razón, pero este no entendía, se preguntarán ¿por qué no se fue?, esa respuesta era muy fácil de responder, lo amaba con locura y no veía una vida sin él, a pesar de todo lo amaba, siempre fue ellos contra el mundo, nada más ellos, pero ahora tendría que pensar en sus hijos, ellos eran tan pequeños y tenían que pasar por esto...
Pasaron otros años más, el pequeño Mugman tenía 3 años y Cuphead 6 años, su padre cada vez apostaba más y las peleas eran más recurrentes, Cuphead no los escuchaba, ya que siempre se la pasaba afuera de casa, mientras tanto el pobre Mugman se tapaba los oídos y se escondía cuando las escuchaba, el pobre se volvía cada vez más temeroso y mientras tanto Cuphead solo seguía asiendo más amigos y siendo un niño tan sociable y feliz, los dos eran polos opuestos. Su madre siempre fue tan cariñosa y amable, pasara lo que pasara, siempre mostraba esa hermosa sonrisa que los relajaba, pero ese día fue diferente... Su padre avía gastado todos sus ahorros en apuestas, ya que este era un muy mal apostador, él debía muchas cosas al rey del inframundo.