~Mundos distintos~

Especial de navidad

Todo estaba oscuro, no había comienzo ni final, quería desaparecer de aquel lugar, pero no podía moverse en lo absoluto, sus articulaciones no respondían para nada. Podía sentir el acelerado latir de su corazón, asta que todo se iluminó, estaba debajo de un charco de lo que daba la ilusión de ser sangre, se podía mover nuevamente, así que miro fijamente sus manos, las cuales estaban envueltas en sangre... Eran tan grandes, sus garras más afiladas, tanto como una cuchilla, habían sido culpables de una muerte a sangre fría.

— Papá... — No pudo voltear a ver a aquel niño que se encontraba a sus espaldas, no quería verlo...

Se podía escuchar el llanto del pequeño niño que al parecer era el hijo de aquella desafortunada persona que le avía arrebatado la vida. Tapo su cara con sus manos dejándose caer de rodillas, sentía aquella presión en el pecho, aquella duda, ''¿qué había hecho?''; algunas lágrimas comenzaron a caer, pasando suavemente por sus mejillas, asta que un toque lo sorprendió, unas pequeñas manos rodearon su cintura abrasándolo fuertemente, era aquel niño...

...

Un pequeño movimiento lo hizo despertar lentamente, al abrir completamente sus ojos pudo ver al toon con una gran sonrisa tratando de despertarlo. Al ver que ya avía despertado le regalo un pequeño beso en la frente; el mestizo se encontraba un poco confundido, ''todo había sido un sueño'', la sonrisa del toon se borró rápidamente al ver las lágrimas que rápidamente trato de ocultar el mestizo.

— Qué tienes? — Pregunto para posteriormente darle un abrazo a su contrario.

— Nada, solo un estúpido sueño, no me hagas caso — Dijo mientras correspondía aquel cálido abrazo proporcionado por el toon.

El toon siempre se preguntaba el porqué había veces que el mestizo simplemente no dormía para no soñar, ¿por qué las pesadillas eran tan frecuentes en ese demonio?, no lo sabía, solo quería entenderlo, pero al ver que no podía solo le quedaba una cosa, apoyarlo y estar allí para él, cada noche que no quería dormir no lo dejaba solo. Ahora estaban juntos otra vez y realmente no quería separarse nuevamente, soñaba con algún día poder ganarse toda su confianza como la tenía antes, solo quería eso...

Mientras el toon anhelaba poder tener esa confianza que faltaba, el mestizo se estremecía con el simple pensamiento de ese sueño, todo se sentía tan real, la sangre en sus manos, la voz de ese niño y ese abrazo... Definitivamente, no quería dormir otra vez, tenía el presentimiento que ese sueño se repetiría con constancia, en esos momentos era cuando maldecía a su parte toon por necesitar descanso, a veces significaba una tortura el tener que soñar...

...

El toon estaba alegre, realmente le encantaba esta época del año, no podía ocultar toda su emoción al despertar. Aunque su familia no está completa, trataba de todos los años llenar ese vacío que dejo su partida, animando a su hermano, quien siempre se entristecía al ver esos lugares vacíos en la mesa. Ya había pasado un año de su llegada, él ya contaba con 21 años, aún trataba de acercarse más al mestizo al ser su guardia, aunque ahora era menos difícil hacerlo, ya que no intentaba lastimarlo cada vez que se acercaba.