Capítulo 15

140 11 14
                                    


Mis pecados se convierten en bendiciones cuando estás cerca

El océano es de las cosas más maravillosas que he visto nunca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El océano es de las cosas más maravillosas que he visto nunca. Puede ser tranquilo y en cuestión de segundos volverse el misterio más peligroso de todos.

Correr por la playa se veía diferente en Top Gun, jamás creí que correría por mi vida y ahora lo hago, sintiéndome tan culpable por arrastrar a Celine conmigo.

Mis pies protestan bajo los corales que quiebro mientras escapo. Resbalo jadeante y mi rodilla se abre en un corte gigante.

— Vamos barbie, pasamos por cosas peores en la academia. –me tiende una mano y me guía a su lado. –Recuérdame no tatuarme antes de una persecución.

— Dios, dejé las cremas en el auto.

— No te lamentes. Podemos comprar nuevas cremas. Trajiste tu celular, ¿verdad?

— No podría vivir sin él. –bromeo y su carcajada me da un poco de esperanza.

— Nos esconderemos en esa cueva. –señala una abertura a lo lejos.

— ¡Te tenemos niña! –gritan a lo lejos.

— Celine, corre. –detengo mi carrera y sus ojos se abren de par en par.

— Me tienes que estar jodiendo. –vuelve a tomar mi mano y me arrastra con ella. –No te voy a dejar.

— Celine...

— ¿Aún no lo ves? Estoy arriesgando mi vida quedándome a tu lado porque quiero. Eres mí Irina. Mi alma gemela. Mi mejor amiga...

Apresuramos el paso y levanto la vista al cielo. Celine es un milagro.

Grito cuando alguien me abraza por detrás y un hombre alto, vestido de negro sujeta a Celine de la misma manera.

La inmoviliza de tal manera que no puede siquiera parpadear y yo me remuevo molesta.

— Sorpresa. –susurran en mi oído y siento como el "abrazo" me quita el aire.

— ¿Qué es lo que quieren?

— A ti. –me suelta y cuando quiero emprender carrera su puño se impacta con mi rostro. –Odio a los malditos árabes. Lastimosamente tengo órdenes de llevarte viva, dinero es dinero.

— ¿Qué haremos con esta? –el otro sacude a Celine.

— La matamos. –contesta con obviedad. –Hazlo rápido, tengo hambre y perseguirlas desde ese auto servicio me puso mal.

— ¡No! –grito. Me levanto desorientada por el golpe y trato de llegar a Celine, quien respira como león enjaulado bajo el agarre de ese monstruo. –Llévenme a mi y déjenla tranquila. –la pelirroja niega con los ojos entrecerrados y caigo hacia atrás con un horroroso jalón de cabello.

Fresas Y DagasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora