Capítulo 19

156 9 2
                                    

Love, let's talk about love
Is it anything and everything you hoped for?
Or do the feeling haunt you? 
I know the feeling haunt you 

Love, let's talk about loveIs it anything and everything you hoped for?Or do the feeling haunt you? I know the feeling haunt you 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Dime que es una broma.

Su rostro serio me dice que no.

— Oh por Dios. –respiro agitadamente y comienzo a dar vueltas en mi sitio.

Debí haber sido una maldita infeliz en mi vida anterior y ahora el karma me está pagando fuerte.

— ¿Pero por qué a mí?

¿Por qué a mí? Una pregunta sencilla pero difícil de responder. Mi madre siempre decía que detrás de cada prueba viene una bendición, que Dios nos pone obstáculos dependiendo nuestra fuerza y capacidad de soportarlos.

Yo no me siento lo suficiente fuerte como para superar a un maldito mafioso. Y no uno cualquiera, estamos hablando de Massimo Barzini.

¡Es un sádico!

— Irina, respira. –me sacuden. No soy consciente de a donde me dirige Evian, solo me dejo llevar.

Estoy agotada. Cierro mis ojos cuando subo a un vehículo y trato de guardarme las lágrimas para después.

No voy a llorar, no ahora, no frente a Evian.

Se parece tanto a la mujer de la foto. Sus ojos grandes me observan con adoración y da un paso en mi dirección.

Los hombres a su alrededor guardan silencio e inclinan la cabeza hacia abajo.

Mírate. –corta el silencio, su acento como una navaja filosa. La familiaridad de sus acciones y miradas me hacen sentir algo nuevo y extraño. –Ya no eres una bebé. –da otro paso más. –Eres hermosa.

Me abandonase. –susurro.

Esto es real, él es real y no sé cómo actuar al tenerlo de frente.

No puede dirigirse al Shafee de esa manera. –gruñe uno de esos hombres.

Mi padre levanta la mano y este guarda silencio.

Ella es Malak, mi hija. –lo voltea a ver levemente. –No tienes derecho a decirle que hacer.

Lo siento.

Fuera, todos.

Como robots silenciosos y obedientes salen de la habitación. Arkam deja de tocar mi hombro y sale detrás de todos esos hombres.

Quiero ir a casa. –me atrevo a soltar.

Ya estás en casa.

¡Ni si quiera te conozco! –tiemblo en mi sitio. Estuve esperando este momento durante toda mi vida y ahora solo quiero salir corriendo y regresar a casa. Con mamá.

Fresas Y DagasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora