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Zhan jugó con su cabello cuando Yibo separó sus labios para saborear la erección. Por en medio de sus nalgas comenzó a sobresalír la húmeda que anunciaba que ya estaba listo...
Yibo no era paciente. —No juegues conmigo! — El omega apretó el falo de Zhan y con la otra mano señaló su vientre dispuesto a enterrar sus afiladas uñas. — Esclavo inútil!... Yo mandó y tú obedeces.
Zhan se relájó con una sonrisa en los labios echando el cuerpo un poco hacia atrás. Desprevenidamente preguntó. — ¿Y que mandas?
Yibo acariciaba su entrepierna con devoción. Con ambas manos había rodeado y el líquido preseminal empezó a gotear haciendo que el pelinegro se mordiera los labios. Entonces se detuvo... — Yo....— El omega miró su propio cuerpo... Y respiró de forma pesada en cuanto tragó entero. Atrajo la cabeza de Zhan hacia su pecho... — Chupalos.
Zhan obedeció y en cuanto su lengua hizo contacto con uno de los pezones el gimió y sintió un pequeño corrientazo por su cuerpo.
El pelinegro movió su lengua alrededor antes de rodear completamente con la boca el punto rosado... Estaban duros, pero se endurecieron más cuando chupo con fuerza y después pellizco. Primero uno y después el otro... Parecía que de verdad iba a tragarlos cuando desaparecian entre sus labios.
El omega cerró los ojos con fuerz mientras el agarre que había mantenido en su entrepierna se debilito y el alfa se quejó estirando la mano del omega hacia el y ejerciendo más presión. Sólo un par de segundos antes de que Yibo lo empujará y terminara de poner el falo dentro de su boca. Rápidamente el glande presionaba su campanilla, una vez y otra vez... Sin embargo no lograba llegar a la base.
El se esforzó sintiendo el sabor salado que atravesó su garganta. Empujó tan fuerte hacia abajo que dejó de respirar por un par de segundos. Zhan no pudo mirarlo sino después debido a la sensación de estar apretado entre los labios del omega que movía sus mejillas y su lengua de la mejor manera para intensificar el movimiento. Ahora que se había separado... Pudo ver sus labios hinchados, su rostro rojo y sus ojos llorosos. Le faltó poco para ocasionar arcadas...
— ¿Estás bien?
Yibo tenía una mirada muy oscura y regulaba su respiración mirando el cuerpo del alfa totalmente perdido el paso la extensión de su mano y la lamio antes de rodear el pene en el que al segundo siguiente se sentaría.
La sensación era sublime... El movimiento del omega sobre el. La combinación de sus aromas. Zhan no podía más... El apretó la cintura del omega y acelero el ritmo de las embestidas buscando más allá del punto delicioso...
No tenía acceso a la cavidad genital... Por mucho que anhelo y el deseo intenso lo quemaba... No pudo dejar de nuevo el nudo para su omega...
Así que, se limitó a aumentar el ritmo de las estocadas para liberar su esencia. Yibo no detenía el sube y baja sobre el falo...
Los gemidos acompañados de los sonidos del cascabel hicieron todo tan frenético... que solo advirtieron que el goce había llegado cuando el golpe de sus cuerpos se volvió acuoso. Las embestidas de Zhan se volvieron pausadas y erráticas... Yibo buscó apoyo detrás y el falo se deslizó fuera de él dejando el espacio vacío.
