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La primera semana el castaño estuvo en la casa, tenían que ambientarse a ver al otro diario, la primera noche fue realmente extraña para el, creyó que sería incómodo tener que convivir con el pelinegro, pero el primer día su idea cambio, resultó que Jungkook respetaba su espacio, al principio no hablaba mucho, casi nada, pero durante el almuerzo decidió abrirse un poco.

No fue tan caótico como pensó.

Cuando tuvo que volver al trabajo, se despertaba a las seis, porque tenía que conducir una hora hasta la empresa, no le molestaba, le sorprendió ver qué el menor también se había levantado a esa hora, extraño ya que el trabajaba desde casa.

- Que haces despierto – cuestionó sentándose en la mesa, Jungkook le sonrió bonito tomando asiento al lado derecho de él.
- Quería desayunar contigo, a nadie le gusta estar solo cuando come, a mi no me gusta, solo haz como si no estuviera aquí, no molestaré – agrego sin dejar de sonreír, Kim solo asintio.

Comieron en silencio, uno no tan incómodo, porque a Taehyung aún le costaba adaptarse a lo que sería su vida desde el primer día, pero Jungkook parecía más flexible con eso, había entrado en confianza con Nani y Leslie, con él era un poco más tímido, solo hablaba cuando creí que no le causaría molestia, y el castaño agradecía eso.

Apenas llegó a la oficina su madre lo arribo en la entrada, era bueno verla, ella le dio un beso en la mejilla y se sentaron en uno de los sofás, se veía radiante como siempre, llevaba una falda con un estampado de flores grandes, una blusa de chifón con mangas acampanadas, su cabello recogido en una cola con un maquillaje ligero, era hermosa.

- Que tal tu primera semana de casado – pregunto y el solo suspiro.
- Estuvo bien, la verdad creí que sería más complicado, Jungkook es… agradable – concluyó alzando las cejas y inflando las mejillas seguido de soltar el aire, su madre rió por eso.
- Es un muchacho muy bonito, su madre me dijo que era detallista y que le gusta dar buenas impresiones, es muy transparente también – le comento y el sonrió un poco.
- No voy a negar, pero no creo que llegue a.. ya sabes, siento que somos diferentes – ella asintio comprendiendo, conocía lo cerrado que podía ser en temas que imitan sentimientos.
- Lo entiendo, pero date el tiempo de conocerlo al menos y después me cuentas, si.. ah por cierto, hay algo que debes saber sobre él – se puso sería, el intuyo no sería algo bueno, se puso recto y la miró para que siguiera.
- Sus padres dijeron que el es un chico muy delicado, tuvo complicaciones durante su niñez y es susceptible a cualquier enfermedad, no es por preocuparte o ponerte un peso más, pero debes saberlo, es alérgico a varias comidas, no me dijeron cuáles, pero el maní y la pimienta entran en la lista, oh y se resfría seguido, dijeron que no era algo que se deba tomar a la ligera, entiendes – el estaba en blanco, pestañeo lento, era en serio, vio con desdén la hoja que le dejaba sobre la mesa de centro.
- Me estás diciendo que me hiciste casar con alguien a quien debo cuidar, en serio mamá y dices que no es una carga, que no es de preocuparse, cielos mamá – exhaló reclinándose hacia atrás en el sofá con la mano tapando sus ojos, ella palmeo su pierna.
- Tranquilo, estoy segura que si está con Nani estará bien y bueno, no creo que tú dejes que algo le pase, o si – el solo negó riendo.

Amaba a su madre pero creía que eso era demasiado, y el que creía que sería fácil sobrellevar un matrimonio.

El día continuo tranquilo, tuvo dos reuniones, casi no tenía mucho por hacer al ser presidente, solo firmaba autorizaciones, algunos contratos los revisaba, cosas así, por lo que al medio día pasada la hora de la comida decidió regresar a su casa, no podía creerlo que ahora tenía un lugar al cual llegar y un esposo, nunca creyó que sucedería.



Jungkook regaba las flores que había plantado cerca del limón, estás estaban creciendo bien y pronto florecerán, regó también una enredadera que crecía envolviendo al árbol y colgaba un poco de las cuerdas del columpio, ajeno a la llegada del castaño.

- Nani, dónde está Jungkook – pregunto al notar que el pelinegro no estaba en la casa, solía estar en la sala o la cocina ayudando en algo, ella miro a los lados.
- Debe estar afuera, creo que lo ví cerca del árbol.
No es que le preocupara, pero el día estaba algo frío y bueno, después de lo que su madre le dijo y de leer toda la lista de alergias, no sería nada agradable que en sus primeras semanas de casados el menor enferme dramáticamente, miro en dirección a la puerta y lo medito unos minutos, concluyó que no se resfriara solo por estar un rato afuera, así que subió a su habitación después de entregarle la lista a Nani.

De vuelta adentro diviso el maletín del castaño en uno de los sofás, miro alrededor, supuso estaría en el despacho o la habitación, era bueno que este ahí, aunque no fuera a pasar tiempo con el, podía sentir su presencia y eso le era suficiente.

Durante la cena, Jungkook se animó a hablarle, con algo de timidez le pregunto cómo le fue en la oficina, fue una pregunta básica, no lo hizo de manera de conseguir algo, pero al parecer Kim siempre estaba a la defensiva.

- Jungkook, vamos a dejar algo en claro, si – dejo de lado los cubiertos y lo observo demasiado serio que parecía estar molesto por algo, el azabache pestañeo.
- Primero que nada no pretendas jugar a la casita conmigo, es infantil, además de que todo esto fue por negocios, si, segundo, no tengo la mínima intención de querer que esto vaya más allá de lo que hay, si se mantiene así, para mí estaría más que perfecto, entiendes – Jungkook lo miró incrédulo, había dicho o hecho algo malo acaso, sabía que había negocios por medio, pero eso no quitaba que podían ser amigos, verdad.

- Pero yo… solo quería saber cómo te fue – respondió bajito, su labio inferior siendo preso de sus dientes, el castaño volvió a tomar los cubiertos.
- Pues no lo hagas, siento que obligadamente tengo responderte y preguntarte a ti lo mismo y no quiero hacerlo, solo sigamos como estamos, de acuerdo –.

Pestañeo rápido tratando de apartar las lágrimas que se habían acumulado, era muy sensible, el no había gritado, pero tenía un tono de voz fuerte y pareció que si, y Kim había usado un tono duro con él, se le había ido el apetito pero aún así se obligo a comer, no imagino que sería tan duro.

Al día siguiente dudo en si acompañarlo a desayunar sería bueno o malo, aún así bajo, saludo bajito y se sentó sin causar ruido alguno, si preguntaba le diría que tenía una cita en el museo, por suerte no le dijo nada, desayunaron en silencio, cuando el castaño termino se levantó y fue a coger su maletín para irse, ni siquiera se despidió, suspiro – Que incómodo – murmuró mirando la mesa.

Los siguientes días fueron igual, no se dirigían palabra alguna, Jungkook iba por ratos al museo para distraerse, estar todo el día en la casa le aburría, así pasaba algo de tiempo con sus amigos, pero después ellos se fueron de viaje y tenía que ir solo, extrañaba a sus padres.



Taehyung llegó a la casa a las 4, había una ligera lluvia afuera y hacia algo de frío, solo encontró a Leslie en cocina, todo estaba en silencio, le pregunto por su madre y Jungkook. – Mi mamá fue al supermercado, y el joven fue al museo, ya debe estar llegando – aviso, bueno se fue a cambiar en lo que ellos llegaban.

La lluvia se había intensificado, el techo que cubría el patio sonaba, Nani había llegado una hora después, pero el pelinegro aún no, Kim no era del tipo que se preocupaba, pero estaba anochecido y no era seguro conducir con esa lluvia, por más que quisiera hacerse el desinteresado, no podía, justo cuando empezó a marcar el número del menor, vió las luces de un auto entrar al garage, se asomó a la ventana y era el, espero a que entrará, no esperaba verlo mojado, lo que faltaba.

- Dónde estabas y porque estás empapado – interrogó apenas cruzó la puerta, el se sobresalto al escucharlo.
- Taehyung, eh yo.. me llamaron de la oficina, empezó a llover mientras supervisaba una de las nuevas áreas de exposición al aire libre, el techo tenía una falla y.. nos mojamos – termino bajando la voz al ver la molesta mirada de Kim, sopesó la idea de que parecía uno de esos esposos que golpeaban a su pareja por hacer algo que les parecía mal, Taehyung sería de ese tipo?.
- Y no tienes otra muda de ropa en el auto o en la sala, crees que está bien andar así, acaso eres inmune a no resfriarte, eh – él movía las manos nervioso, su labio siendo víctima de sus nervios.
- Y-yo… - no sabía que podía decirle, que se supone que debe hacer, tenía la dura mirada del otro encima y se sentía intimidado, hasta sintió un poco de temor.
- Solo ve a cambiarte, mañana iremos a una comida en casa de mis padres y más te vale no enfermarte, entendido.
- Si, entiendo – afirmo como si fuera un soldado, paso por su lado para subir.

Nani le dio una toalla y el se fue a la habitación, aún sentía la mirada del otro, no esperaba que se molestara por eso, tal vez no debió ir aún sabiendo que llovería, pero no fue su culpa, no sabía que el techo fallara.

Aprendiendo a amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora