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No sabía si es mala suerte o el universo confabula en su contra para hacerlo quedar mal frente a sus suegros, ha tenido una discusión con Jungkook y termino en lágrimas por parte del pelinegro, aunque los mayores no han comentado nada, sabe, él sabe que seguro quieren arrancarle la cabeza por hacer llorar a su hijo, y Jungkook le ha hecho la ley del hielo, llevan dos semanas ahí y el no le hablaba 4 días y, prácticamente Kim dormía en el sofá de la habitación.

Debía salir un momento, Yeonhwa salió con Nani al supermercado para comprar lo necesario para la cena y lo que haga falta, Soojoon se encontraba en el estudio como siempre leyendo o firmando documentos, y su esposo tomaba una ducha que se alargó demasiado, suspiro viéndose en el espejo, no ha dormido muy bien.

Cuando estuvo a punto de salir escuchó el llamado del azabache, iba a ignorarlo para bajar y decirle a Soojoon, pero, no lo hizo cuando escuchó un golpe seco seguido de cosas cayendo y sollozos bajitos – Tae – así que se dirigió al baño para ver qué había pasado.

Al abrir la puerta vió al menor incorporándose en sus rodillas, la toalla deshaciéndose para dejar expuesta su desnudez, aún estaba mojado, la cortina de la regadera estaba rasgada y el tuvo que la sostiene salido de su lugar, se acerca rápidamente para levantarlo, - Que pasó, te golpeaste – interrogó sujetándolo con un brazo mientras con el otro toma una toalla más grande para envolverlo, el sollozo escondiéndose en su pecho.

- Me resbale al salir, me golpeé aquí – señaló su lado derecho de la cadera.

- A ver déjame ver – dijo apoyándolo en el lavabo.

Alza la toalla para ver la zona, pudo verlo porque rápidamente se estaba formando un hematoma color rojo y que seguro se volverá violáceo, también tenía uno en el muslo, le reviso el otro lado por si acaso, también le dio un vistazo a su vientre y brazos mientras el pelinegro sollozaba bajito sosteniendo la toalla que lo cubre, Taehyung se levantó – Te pondré una pomada, si – busco en los cajones del mueble hasta que la encontró.

Soojoon escucho el golpe así que se levantó de su cómodo sofá, salió del estudio y se acercó a las gradas, los primeros segundos no escuchaba nada hasta que, la voz de Taehyung sonando alterada más no entendió que dijo y los sollozos de su hijo lo alarmaron, pensando que es otra discusión se dispuso a subir y ver qué sucede.

- Tranquilo, ya no llores, si, te caíste desde la bañera o ya estando afuera de ella – pregunto poniéndole la pomada, el sorbió la nariz.

- Saliendo de ella, al principio casi caigo desde ella, pero logré sujetarme de la cortina y salí, pero después se rascó y bueno.. me asusté – asintió terminando.

Se levantó dejando la pomada a un lado, iba a decir algo pero entonces la puerta se abre y entra el señor Jeon con el ceño fruncido, dispuesto a decir algo pero al verlos de esa manera, Jungkook desnudo a medio cubrir con una toalla y Taehyung frente a él apoyando las manos en el lavaba a los lados del cuerpo de su hijo, la cortina rota - Que pasó – pregunta antes de dejar a su mente desarrolle cosas que no eran antes de tiempo.

El castaño le contó lo sucedido mientras ayudaba a Jungkook a secarse y vestirse con algo cálido porque el invierno estaba cerca y el frío llega antes, lo cargó para llevarlo a la cama y recostarlo porque empezó a quejarse por el dolor de la pierna y el vientre, por el susto.

...

Acostado de lado observaba como el castaño hablaba por teléfono en el balcón, caminaba mirando al piso, por ratos movía la mano como si la otra persona pudiera verlo, parecía que discutía, suspiro dejando de ver, últimamente lo había notado algo ansioso, no era tonto, solo que no quería agobiarlo preguntando, era mejor así ya que el mismo diría que le pasa.

Sintió un brusco movimiento de su bebé y se tocó el vientre en el lugar donde estaba, acomodo una almohadas y se recostó en ellas para quedar medio sentado, parecía que su hijo iba a ser boxeador o algo parecido porque daba unos golpes que lo dejaban sin aire, con ambas manos acariciaba todo el bulto, el moretón en su pierna atrajo su atención, era violáceo con tonos oscuros en el centro, parecían azules o verdes y alrededor rojito, lo toco con sus dedos, dolía solo si presionaba más.

- Te duele – la voz del castaño lo asustó, pestañeo rápido regresando la vista a él, estaba parado a unos pocos pasos de la cama con las manos en los bolsillos.

- Que cosa – otro golpe e hizo una mueca, dió una exhalación larga.

- Está despierto ya – miro la hora – pero aún es temprano – señaló acercándose y sentarse de frente.

- Ha estado muy inquieto desde que saliste al balcón, creo que te extraña – murmuró formando círculos sobre el vientre, la mano del castaño también se poso para tocar.

- Oh – armonizó sin decir algo más.

Cuando la criatura sintió la mano de su otro papá se movió a un más, parecía que estaba en una montaña rusa, o como si se golpeara contra las paredes de la bolsa donde estaba, dejando ver claramente en la piel exterior y haciendo sufrir a Jungkook quien se quejaba.

- Si que está inquieto – murmuró admirando con adoración el vientre que se deformaba por los fuertes movimientos.

- Es bueno saber que está muy sano, pero el que sufre soy yo – cerro los ojos inhalando y exhalando.

- Mi amor, quería disculparme por lo del otro día, no debí decirte eso, sabes que no es verdad y que te amo, ahora tú eres mi familia y el pequeño que viene en camino, no los cambiaría por nada en el mundo – poso las dos manos para presionar suavemente viendo el alivio en el rostro ajeno.

- Está bien, se que si algo te molesta me lo dirás cuando creas necesario, verdad – lo vio con un ojo y el asintio.
- Si.

El calor de las grandes manos de su esposo era maravilloso, lo invitan al sueño, creía que se estaba quedando dormido cuando sintió unos labios sobre los suyos, jadeo recibiéndolos gusto, subió las manos a su cuello para tenerlo ahí, Tae tuvo que bajar las manos a los lados de su cintura ya no tan delgada, para no aplastarlo, sus lenguas no tardaron en encontrarse.

Estaban tan sumergidos que el aire les empezó a faltar pero ninguno tenía pensado alejarse, hasta que un carraspeó llegó a ellos - Cielos, acaso no respiran – dijo casi en un suspiro entrando con una bandeja con lo que parecía dos rebanadas de pastel y dos vasos de leche, Jungkook soltó una risita mientras Taehyung se escondía en su cuello rojo como tomate, aún le daba pena que sus suegros lo vieran así, desde que supo que habían escuchado la noche que durmieron ahí.

Dejo la bandeja y después de preguntarle si se sentía mejor salió, entonces el castaño salió de su escondite y exhaló, vió la enorme sonrisa del pelinegro al ver el postre, ah sin duda era un goloso, por eso subía de peso, negó riendo para pasarle y el también comer.

Aprendiendo a amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora