Aprendiendo a amarte

12

Tres meses después.

Todo iba bien, desde que formalizaron todo, parecía ir de maravilla, hasta la primavera les acompañaba en su felicidad, esos meses se sentían como si fueran los primeros de estar casados, su relación iba floreciendo de una manera preciosa.

Jungkook había empezado a tomar anticonceptivos en pastillas, habían tenido esa plática y bueno, Taehyung seguía reacio a la idea de ser padre y bueno el también entendía que aún era joven, cumpliría 23 en dos meses, no había prisa en eso y querían que su relación se fortaleciera entonces volverían a hablar sobre eso.

También empezaron a dormir juntos en la habitación principal, las otras las dejaron como habitaciones de huéspedes, Taehyung había encontrado mágico el despertar y que lo primero en ver sea a su hermoso esposo, y ni hablar de Jungkook, el era totalmente feliz.

Pero claro no todo siempre es de color rosa.

- Ya te dije que no puedo, si quieres puedes ir tu y yo paso por ti en la noche – declaró, el azabache hizo un puchero.

- Pero.. ya te había avisado antes, porque siempre que mis padres nos invitan no quieres ir – reprochó sentandose en la cama, estaba molesto, había aplazado ya mucho esa visita.

- No es eso, pero tengo una reunión y es importante que este ahí, pero tú puedes ir – insistió acomodándose la corbata.

El solo se levantó y se adentro en el baño, le molestaba que siempre que sus padres los invitaban a una almuerzo o cena Taehyung siempre tenía una reunión importante o sucedía algo inesperado, pero cuando los padres de él les hacían una invitación si tenían que ir, era injusto.

- Mejor le voy a decir a mi mamá que no podemos – concluyó al salir del baño, el volteo a mirarlo, se veía desanimado, exhaló lento.

- Jungkook, se que quieres ir, pero– se aproximó a él.
- No importa, puedo ir otro día, se que igual tu no irás conmigo – Kim no era tonto como para no entender.

Paso los brazos rodeando su cintura y acercándolo, él paso las suyas en su pecho pero sin mirarlo, sentía molestia por eso, con su mano le alzó de la barbilla y le dio besitos cortos haciendo sonidos con sus labios, algo que hizo reír al azabache, le tapo la boca con la mano para que se detuviera.

– Ve tu primero y te alcanzo una vez se haya terminado la reunión, te parece – eso pareció convencerlo porque asintió con una sonrisa pícara – Dame otro beso – pido está vez rodeando su cuello y así lo hizo.

Partieron a la casa de los Jeon, el último mes se habían mudado cerca del centro por lo que ya no estaban tan lejos, solo una media hora en auto, estacionó afuera de la casa - Entonces vendré en unas dos horas, tres si algo se presenta, si – el afirmo desabrochándose el cinturón,  - Pero no te vayas a olvidar – pidió con un bonito puchero que el quiso besar pero en ese momento el padre del menor salió – No lo haré – solo le dio un gran beso en la mejilla y el se bajó.

- Hola papá, es bueno verte – saludo entrando, el apretó su hombro y después de cerrar la puerta cogió su brazo y avanzaron a la sala.

- Igualmente hijo, por cierto Taehyung va a regresar – el asintio ayudándolo a sentarse.

- Tiene una reunión pero vendrá una vez termine y no haya nada más, lo prometió – el hombre solo movió la cabeza.

Tenia sus dudas de si vaya a ir, sabía que de todas las veces que les pidieron ir, solo han ido 2, y si iba ese día serían tres, pero ver a su hijo tan entusiasmado, no iba a quitarle la ilusión, solo esperaba que en serio cumpla su palabra.

Ayudo a su madre a preparar la comida, hicieron galletas con chispas de chocolate y menta, las horas pasaban y no había señal del castaño, ya habían pasado las tres horas que le dijo, dejo que pasará un más, pero nada, intento llamarlo pero no cogió las llamadas, todas le enviaban al buzón después de timbrar, empezó a desanimarse, almorzaron y el trato de mantenerse con una sonrisa, no quería que sus padres supieran como se sentía.

...

Taehyung miraba su reloj, como pensó se había alargado un poco más, pero apenas terminó se levantó de su lugar y se dirigió a la oficina, empezó a recoger sus cosas para irse, era la una de la tarde, uno de sus hermanos entro ahí.
- Veo que tienes prisa, algo importante – pregunto sentandose en el sofá, el lo miro de reojo.

- Si, Jungkook me espera para comer en casa de sus padres, tengo 30 minutos de retraso – menciono soltando una risita, pero a su hermano no pareció gustarle eso.

- Ah, sabes hay un club nuevo que acaba de abrir, con los otros pensábamos ir, porque no nos acompañas – el negó riendo, cogió su maletín y se giró.

- Tal vez otro día, ahora no puedo, pero gracias, eh cierras al salir – el se levantó.

- Vamos, hace tiempo que no salimos solo nosotros, solo será un rato.

- En serio me gustaría pero no puedo, otro día si – le dio una palmada y salió.

- Al menos acéptame un trago antes de irte – dijo en alto saliendo detrás de él.

...

Eran las 5 de la tarde, el estaba en el balcón de la habitación de sus padres, había una silla mecedora, una que siempre le gustó desde que era niño, así que ahí estaba mirando la pantalla negra de su teléfono, suspiro, ya ni siquiera quería intentar llamarlo, porque no contestaba, - Hijo, vamos a encender la chimenea, porque no vienes – cerro los ojos unos segundos y se levantó – Tienes malvaviscos – pregunto saliendo de la habitación.

…

Estaban conversando de viajes que tuvieran cuando el aún era un niño, reían, el timbre sonó interrumpiendo el momento, - Yo abro – aviso su madre levantándose, abrió la puerta y vio a Taehyung parado ahí, ella solo resopló y se hizo a un lado para dejarlo pasar – Estamos en la sala, creía que no llegarías – le dijo y bueno el entendió la referencia.

Apenas cruzó y estuvo a la vista del azabache el dejo de sonreír, su padre se giró a verlo – Joven Kim, es un honor tenerlo aquí, pase está en su casa – si el tampoco parecía feliz de que llegara a esa hora, el se arregló un poco el cabello y se acercó al azabache, pero el se concentro en la bolsa de malvaviscos, se sentó a su lado - Perdón por tardar, eh surgió algo de última hora y..- el menor se volteo a verlo – Hueles a alcohol, supongo que lo que se dio era realmente urgente, verdad – ironizó levantándose.

Desapareció por las gradas hasta su habitación, el se quedó ahí sin saber que hacer, la señora Jeon se sentó en otro sofá – Supongo que no se quedarán para la cena – menciono llevándose algunos dulces a la boca, el se mordió el labio – En verdad lo siento, pero mis hermanos.. ah seguro está molesto – se pasó la mano por el cabello, Soojoon suspiro – Pues entonces ve con el, es la segunda puerta a la derecha – cruzaron miradas, y el agradeció.

La puerta estaba abierta así que solo entro, Jungkook estaba sentado en la cama jugando con un yoyo, ni siquiera se giró a verlo, cerro la puerta antes de ir y sentarse a su lado, lo hizo en silencio, que podía decir, que sus hermanos llegaron y lo obligaron a ir a ese nuevo club, si sabía que no tenía una excusa a su favor, pero en serio fue obligado a ir.

- No voy a mentir, tal vez pensé en no venir y dejar que tus padres te llevarán, pero recordé que prometí hacerlo, no tengo excusas, tienes motivo de estar molesto – tomo su mano y la acaricio con el pulgar.

- Yo en serio creí que vendrías, pero me equivoqué, como siempre pones primero a tu familia, siempre son ellos antes que la mía, entiendo yo haría lo mismo pero, también me gustaría que así como yo tengo que ir a casa de tus padres sin objeción, tu deberías intentarlo, ellos aunque no lo digan, se sienten rechazados, incluso creen que hasta yo prefiero a tu familia -  se limpio unas lágrimas que cayeron.

- Bonito, no llores, si quieres podemos quedarnos está noche, te gustaría… yo sé que si, anda que dices – lo abrazo por la cintura.

- No quiero que lo hagas porque te sientes obligado, podemos irnos a la casa si no te sientes cómodo – lo observó y el le sonrió rozando sus narices.

- No lo hago por eso, solo quiero que estés bien, y si quedarnos lo hace entonces lo haré, en serio no quiero que estés molesto – le robó un beso y el por fin mostró una sonrisa.

- Está bien.

Se quedaron un rato más ahí hablando de cualquier cosa, entre besos inofensivos, a las 7 los llamaron a cenar, los mayores en verdad estaban encantados con tenerlos ahí, pasaron también un buen rato en la sala conversando con una copa de vino y a las diez fueron a dormir.