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Al despertar se sentía mejor, le dolía un poco la cabeza pero aguantaría el largo día que le esperaba, a las 10 empezarían las exhibiciones y tenía que estar una hora antes, quería seguir durmiendo pero no podía, así que se levantó a regañadientes.

Cuando bajo solo vio a Nani, saludo con ella y se sentó en un taburete junto a lo que ella hacia, le contó lo sucedido, ella no parecía sorprendida, después empezaron a hablar de otras cosas, ambos voltearon cuando el castaño bajo, cruzó miradas con el azabache pero no dijo nada sobre lo que él quería, suspiro algo triste – Seguro estaba aún bajo el efecto del analgésico y por eso dijo todo eso, cierto – susurro solo para que Nani escuchara, ella encogió los hombros.

Sabia que Taehyung a veces podía llegar a ser un tonto.

Desayunaron en completo silencio, bien al parecer debía hacer como si nada paso, eso lo desánimo un poco, pero no dejaría que eso arruine su día, al terminar se levantó para volver a su habitación y arreglarse, debía ponerse más bonito, serían un evento grande y personas importantes asistirían, al serlo el dueño debía verse como un príncipe, eso siempre se decía para animarse.

Una vez listo bajo de nuevo, no recordaba dónde dejo las llaves del auto, le pregunto a Nani y tampoco sabía, Taehyung bajo también, vestía un pantalón café con una camisa blanca, llevaba las mangas dobladas hasta la mitad del antebrazo, un bonito reloj relucía en su muñeca derecha, también llevaba una boina negra y unos lentes, Jungkook lo vió y no pudo evitar sentir curiosidad de saber a dónde iba, así que pregunto.

- Vas a salir – el castaño volteo a verlo, pues estaba viéndose en el espejo al final de las gradas.

- Iré a ver la exposición, uno de los artistas es amigo mío, debo ir a ver su trabajo – Kook asintio, estaba celoso lo admitía, iba por su amigo y no con él, bueno que podía esperar.

- Eh, podrías llevarme, no encuentro mis llaves – Kim lo observó en silencio, hasta parecía que no pestañeaba, se sintió algo incómodo por su mirada y silencio.

- Oh entiendo, irás con alguien más?, mejor tomaré un taxi así no te molesto – le restó importancia, cogió su teléfono y un abrigo entonces salió de la casa.

- Que haces ahí, ve con el – incitó Nani y entonces reaccionó, cogió su abrigo también y salió rápido, lo vio mirando el teléfono.

- Sube, te llevaré, no puedes ir en taxi – agrego abriéndole la puerta, el lo miro inseguro pero accedió, no quería llegar tarde.

Fue un viaje muy silencioso, había cierta tensión en el aire, pero ninguno dijo nada hasta llegar.

Estacionó y ambos bajaron, caminaron juntos hasta la entrada, Taehyung le abrió la puerta y él lo miro como si fuera un marciano, al estar adentro tres hombres que circulaban los 30 y 40 se aproximaron al azabache – Usted debe ser Jeon Jungkook – dijo uno de ellos y el afirmo, hablaron un poco, Kim miraba su teléfono esperando un mensaje, se suponía que se encontraría ahí con uno de sus amigos pero este no le respondía, giró cuando una vocecita lo llamó, los tipos lo miraban al igual que el azabache.

Se presentó y bueno al parecer ellos ya sabían que era el esposo del pelinegro, así que tuvo que ir con ellos, al menos no estaría solo hasta que la exposición empiece.

Mientras Jungkook les mostraba las instalaciones, noto como uno de los hombres no dejaba de ver al menor, era una mirada que no le termino de gustar, frunció el ceño y se acercó a su lado dónde pudo pasar su mano por la espalda del azabache y atraerlo un poco, el volteo a verlo de inmediato curioso por eso, pero volvió a seguir explicando sin darle mucha importancia, cosa que el castaño agradeció.

La exposición empezó puntual y la gente también llegó antes, así que todo iba bien, habían guías que explicaban a algunos de los observadores, bebida gratis y bocaditos, música clásica sonando por las bocinas, tan relajador.

Jungkook observaba al castaño que se había quedado admirando una pintura, llevaba más de 5 minutos ahí, era como la primera vez que lo vio, a una distancia prudente y admirándolo entre la multitud, era tan etéreo.

A las 5 de la tarde aún seguía abierto, Jungkook fue a la mesa donde estaban las copas con champagne y vino, cogió una de vino y empezó a tomar, estaba cansado, quería ir a dormir, pero aún debía quedarse, a las 8 darían por terminado todo.

Taehyung estaba arrimado a una de las columnas, sostenía una copa de vino mientras observaba como Jungkook hablaba con una mujer mayor, incluso sonreía, se llevó la copa a los labios, entonces el mismo hombre que conoció al llegar se acercó a él mirando en la misma dirección.

- Es precioso, tiene suerte de tenerlo solo para usted, debe ser como un manjar, dulce y adictivo, sin llegar a empalagar – comentó, Tae se giró a verlo unos segundos sin entender sus palabras.

- A qué se refiere – cuestionó, el hombre sonrió aún mirando al azabache.

- Su esposo, es tan etéreo, es como una pieza de arte en vida, siento envidia, solo usted puede tocarlo y besarlo, debe ser algo mágico me supongo y no se lo tome a mal, pero tiene suerte de tener un esposo como él – lo señalo con la copa.

- Supongo – murmuró mirando hacia el pelinegro que también miro en su dirección y le sonrió alzando la copa hacia él, concluyo que tenía que ir con él.

- Disculpe, yo iré..- el hombre negó y le indico que fuera.

Al llegar no dudo en posar una mano en su cintura y apoyar la barbilla en su hombro, termino de rodearlo con el brazo
– Cuánto has bebido – pregunto en un susurro, él lo vio de reojo y después miro sus copas, - No mucho – desde ahí no se separó del pelinegro, si a ese hombre le parecía como un postre, no dudaba que haya otros que piensen igual o peor, lo mejor era estar junto a él.

Una vez terminada la velada, un chófer los llevo de regreso, por qué Taehyung había tomado una cantidad de vino considerable, no es que estuviera ebrio pero no iban a arriesgarse, Jungkook estaba igual, pero seguían en sus sentidos, no al 100% pero estaban conscientes.

Y con algo de alcohol en su sistema no había dejado de pensar en lo que el sujeto le dijo, al entrar a la casa no pudo no ver a Jungkook caminar como si bailará hasta más gradas, tenía una sonrisa llena de picardía, ¿De verdad era afortunado? Iba a averiguarlo.

Subió y lo encontró parado junto a la puerta mirando el teléfono, se acercó lento y con suavidad poso las manos en su delgada cintura, lo sintió sonreír, sin aviso lo hizo girar para tenerlo de frente, esos ojos negros lo vieron con brillo, pero el vio sus labios, ese rojo que tenían lo iban a volver loco, un manjar, dulce y adictivo, se relamió los propios labios y en un momento de adrenalina los unió a los ajenos, pero está vez no fue un simple roce, quería probarlos como era debido.

Jungkook jadeo de sorpresa, sus manos estaban inmóviles sosteniendo los brazos del castaño que sujetaba su cintura, podía sentir el vino que había tomado minutos atrás, era exquisito.

Movió los labios atrapando el inferior del azabache, no se había dado cuenta cuando lo arrinconó a la pared, ladeo la cabeza para más acceso, sus respiraciones empezando a agitarse, se atrevió a morderlo antes de separarse por aire, sus ojos se encontraron con aquellos orbes oscuros y brillantes, sonrió, el tipo había tenido razón y Jungkook estaba perplejo por lo que acababa de pasar.

Aprendiendo a amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora