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  Emily.                     𝔬𝔡𝔦 𝔢𝔱 𝔞𝔪𝔬. 𝐿&𝒟.

Cuando abrió los ojos, agradeció que en el lugar que se encontraba estaba a oscuras, pues el dolor golpeó su cabeza con fuerza

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Cuando abrió los ojos, agradeció que en el lugar que se encontraba estaba a oscuras, pues el dolor golpeó su cabeza con fuerza.

Se frotó los ojos varías veces, tratando de acostumbrarse a la oscuridad. Sentía la boca seca y el cuerpo adormecido, pero aún así buscó con desespero su varita y cuando dio con ella musitó «Lumos» para alumbrar.

Sin duda, no se encontraba en la enfermería, el lugar donde se había quedado dormida. Ahora se encontraba en su alcoba, y supuso que alguien la llevó allí.

Su corazón dio un brinco cuando se acordó de Draco, se levantó con rapidez y salió de la habitación.

La mansión estaba peligrosamente silenciosa y oscura; en completa penumbras. Fue algo que le sorprendió por completo, ya que su ministro estaba...

El mármol bajo sus pies se sentía jodidamente frío, así que Emily se puso de puntitas y bajo la escalinata, hasta llegar al ultimo piso de la mansión y encontrarse con la puerta de la enfermería.

Entró sin tocar y sin importarle nada. Se adentró en el oscuro lugar y, la decepción llegó a ella; embargándolas de pies a cabeza, pues Draco aún no se encontraba allí; solamente una Narcissa cabizbaja y con lágrimas sobre las mejillas.

— ¿Dónde está? —preguntó Emily con la voz ronca.

— Todavía no lo han traído, Emily.

— ¿Noticias?

La mujer negó levemente con la cabeza.

— Ninguna.

Trago con dureza y asintió levemente con la cabeza.

— Disculpe, ¿me puede decir la hora?

— Son las 5:30 a.m.

— De acuerdo.—se limitó a decir y musitó un «gracias» antes de abandonar la enfermeria.

Por estar tan preocupada por Draco, no pensó en Elliot Avery, si lo tenían o lo habían dejado ir.

Emily emprendió sus pasos hacia su alcoba, se vistió con ropa más caliente y se lavó la cara, entonces volvió a bajar y buscó a algún mortifago. Por suerte, encontró uno; solo uno, y eso no le agrado en absoluto.

— Buenos días.

El individuo pegó un respingo de sorpresa y al ver el rostro de su señora, se dobló un poco, mostrándole respeto.

A Emily le gustaría ver su rostro, ver qué expresión tenía y qué decían su ojos. No obstante, eso era imposible ya que una máscara cubría su cara; tampoco le quería pedir que se la quitara, pues sentía que era algo muy íntimo.

Love and Darkness | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora