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Emily.                    𝔰𝔢𝔪𝔭𝔢𝔯 𝔣𝔬𝔯𝔱𝔦𝔰.                     𝐿&𝒟.

Volver a la mansión se sentía extraño, un poco raro

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Volver a la mansión se sentía extraño, un poco raro.
Pero a la vez, cómodo. Es decir, estar en la presencia de Draco se sentía bien.

Ella había insistido en tener su propia habitación, pero cada noche, cuando Draco llegaba a la mansión, él se colaba a su habitación o ella al cuarto de Draco. Pero dormían y amanecían juntos.

Emily trataba de no encontrarse con Rose y Narcissa, y hasta el momento le había salido de maravilla. Las evitaba tanto como podía, aunque a veces se las encontraban y la miraban de arriba a abajo, con cara de perro. Irradiaban odio.

Sin embargo, el ministro de magia había dado la orden que nadie le hablara mal a Emily, y que cada orden que diera, la obedecieran.

Draco la despertaba muy por la mañana, antes de que el sol saliera y la llevaba al cuarto de entrenamiento.

Emily había mejorado sus habilidades con la varita y los hechizos, mucho a decir verdad. La manejaba con facilidad y realizaba los hechizos como experta. Todo gracias a él.

Ese día, mientras entrenaban, Draco detuvo todo. Los desvistió con la ayuda de la magia y se enterró en su interior; sintiendo la calidez del sol sobre sus pieles y la excitacion chocando contra las cuatro paredes. Sus gemidos se hicieron presentes, su orgasmo llegó al mismo tiempo y compartieron tantos besos que les dolieron los labios.

Emily salió de bañarse y Phia apareció en su habitación con una sonrisa tímida.

— Phia debe informarle a la Srta. Emily Que su hermana se encuentra en la mansión y está a la espera de verla.

— ¿Feyre se encuentra aquí?

La elfina asintió con la cabeza. Entonces Emily salió de la habitación y se dirigió a la primera planta de la mansión.

Le parecía raro que Feyre estuviera aquí y no tenía idea de por qué habría venido y cómo.

Las peores cosas pasaron por su mente: a lo mejor sus padres la habían echado también, o murieron o algo parecido.

Con el corazón, casi saliéndole por la garganta, llegó al vestíbulo y abrazó a su pequeña hermana que era varios centímetros más baja que Emily.

— ¿Estás bien? —inquirió preocupada.

Cuando se separó de la pequeña, la observó de pies a cabeza. Extrañamente, muy extrañamente, Feyre estaba vestida con una túnica negra que le llegaba unos pocos centímetros más arriba de los talones.

— ¡Mily, iré a Hogwarts!

— ¿A Hogwarts? —frunció el ceño—. ¿Cómo?

Escuchó un carraspeó, y alzó la mirada para encontrarse con Draco que acababa de llegar.

Love and Darkness | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora