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Emily.                        𝔠𝔞𝔯𝔭𝔢 𝔡𝔦𝔢𝔪.                   𝐿&𝒟.

No pudo dejar de pensar en Draco

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No pudo dejar de pensar en Draco. En cómo sus ojos la miraban ahí. Ahí donde sus dedos se hundían profundamente en ella. En cómo sus ojos se oscurecían y sus mejillas se tornaban de un color rosáceo.

Lo deseaba. Oh, joder... Lo deseaba.

Así que cuando sus amigas volvieron a sus respectivas habitaciones, ella dejó que el chorro de agua bajará sobre su cuerpo.

Su espalda sobre los fríos azulejos y la mano entre sus piernas. Los ojos cerrados y los dedos masajeando el haz de nervios que era su clitoris.

Los jadeos abandonaban sus labios sin perder un segundo. Y su otra mano presionaba su pecho con desesperó.

«¿Cuántos dedos metes en ese lindo coño, Emily?»

Metió un dedo en su interior y lo arqueó hacia arriba, rozando ese punto dulce que la volvía loca.

«Y te gustaría ponerlos en práctica, ¿hmm?»

Un segundo dedo entró en su interior, frotando aquel punto que la llevaría a la locura.

«¿Hacemos una comparación entre unos y otros?»

Su mano que sostenía su pecho bajó sobre su cuerpo y se situó justo sobre su clitoris, frotándolo de lado a lado.

Arqueó la espalda, entonces sintió aquel chorro sobre su sexo y dejó que el placer la golpeara.

Emily quedó jadeante y sastisfecha con el orgasmo que la atravesó.

Cerró los ojos por unos segundos tratando de estabilizar su respiración. Se lavó el cuerpo y salió de la ducha.

— Phia trae unos regalos para la Srta. Emily.— informó Phia mientras hacía una reverencia.

— Sigo enojada contigo, traidora.— Emily achicó los ojos hacia la elfina y la señaló con el dedo índice.

La elfina simplemente desapareció con un chasquido de dedos. Entonces Emily se acercó a su cama y vio una pila de libros sobre esta.

Cogió la pequeña nota que yacía sobre el lomo del primer libro y la leyó.

Ahora que la conozco un poquito más, me atreví a comprarle unos libros según su preferencia.

Espero que pueda disfrutarlos en la oscuridad de su habitación, bajo las sábanas, con la mano entre sus piernas y sus pensamientos en mi.

D.M.

Su rostro se tornó de un color rojizo mientras le echaban un vistazo a los títulos de los libros.

Love and Darkness | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora