Capítulo 22: Una señal del caos.

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➢ La brecha entre Wen RuoHan y Lan QiRen se vuelve irreparable.

➢ La brecha entre Wen RuoHan y Lan QiRen se vuelve irreparable

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10 años después, Concurso de Tiro con Arco de QiShan.

La propia cabeza de Lan QiRen palpitaba mientras razonaba con el fusible corto de Nie MingJue.

A primera vista, sabía que tenía razón. El cultivo de Wen RuoHan había alcanzado un nivel máximo de dominio absoluto y no tiene rival en los últimos años. Había estado subyugando violentamente a clanes de cultivo más pequeños durante la última década. Había matado al ex-Líder de la Secta Nie...pero al mirar el trono ridículamente alto que Wen RuoHan se impuso en esta farsa de conferencia de discusión, Lan QiRen tuvo que usar todos los músculos de su ser para no darse la vuelta y alejarse con Nie MingJue a cuestas.

— Entiendo que deseas vengar la muerte de tu padre. — extendió una mano en un último intento de evitar que Nie MingJue se fuera. — Pero el clan Wen toma medidas sangrientas contra las voces de disidencia, debes contenerte por el bien de la Secta Nie.

Dicho esto, Lan QiRen no pudo evitar pensar en la reunión de la pagoda hace 17 años. El padre de Nie MingJue había expresado enérgicamente sus opiniones sobre cuán apto era Wen RuoHan para liderar, y ahora el hombre yacía en un ataúd, brutalmente asesinado. A pesar de que la reunión se llevó a cabo en absoluto secreto, Lan QiRen no pudo evitar preguntarse si Wen RuoHan había tomado algún tipo de retribución contra el hombre...¿o incluso si las acusaciones hubieran sido ciertas?

Sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz familiar y pegajosa.

— Jajaja estoy de acuerdo. ¿Por qué enojarse, Líder de la Secta Nie? — Jin GuangShan se había encontrado el asiento de más alto rango entre los cuatro reservados, desplegando su abanico. — ¿Por qué no sentarse y tomar una copa? — como de costumbre, Jin GuangShan parecía imperturbable ante las obvias provocaciones de Wen RuoHan. Por supuesto, por una razón u otra, la secta Jin se mantuvo completamente al margen de las ambiciones de Wen RuoHan a lo largo de los años hasta un grado casi sospechoso. Lan QiRen no era un hombre para señalar con el dedo basándose solo en suposiciones, pero no lo sorprendería si Jin GuangShan hubiera dejado escapar las posiciones que todos tenían en la reunión de la pagoda.

Al ver a Nie MingJue regresar a su asiento, Lan QiRen respiró aliviado y decidió no castigar a Jin GuangShan. El hombre de llamativas túnicas doradas presentó una píldora difícil de tragar: la realidad. La realidad del hecho era que el poder de Wen RuoHan ya había subido a grados astronómicos y ya no tenía sentido que él pretendiera ser amistoso.

El asistente de la reunión de la pagoda, Jiang FengMian, estuvo de acuerdo. — Ya no importa dónde nos sentemos, en estos tiempos.

Lan QiRen no pudo discernir si se refería al trono de Wen RuoHan o al yo confiado de Jin GuangShan al frente de los asientos para invitados. De todos los asistentes a la pagoda hace 17 años, solo Jiang FengMian y Jin GuangShan seguían activos como Líderes de la Secta, los demás estaban muertos o...Lan QiRen hizo todo lo posible por no pensar en el auto confinamiento de su propio hermano. La última década había cobrado su precio por eso: criar a XiChen y WangJi mientras actuaba como Líder de Secta de facto no había sido un trabajo que él quisiera ni se preparara, pero ver a los hermanos representando a la Secta Lan (junto con Jin GuangShan y los hijos de Jiang FengMian a quien enseñó) solo podía sentir orgullo. Probablemente se sentiría más orgulloso si hubiera sido capaz de mantener a ese maldito Wei Ying en el buen camino, pero ese niño era una causa perdida.

Lᴏsᴇ ᴛʜᴇ BᴇᴀʀᴅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora