TRES

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EVIE 

Mis amigas beben de su cerveza al compás, de una manera muy cómica. Las miro en silencio. No puedo sacarme de la cabeza el tema de actualidad. Ese del que están a punto de hablar.

—Oye, qué fuerte lo de Mar Limoy, ¿eh? —dice Maika.

Cierro los ojos y resoplo con disimulo.

Ahí está. El tema que quería esquivar por todos los medios. El terrible recuerdo llega a mi mente, siento una arcada, quiero ir a vomitar, pero me contengo.

—No quieren decir el bar en el que fue —añade Bette—, pero se está comentando que fue donde estuvimos nosotras anoche.

—¿Qué dices, loca? —los ojos de Maika están a punto de salirse de las cuencas—. En la tele están los reporteros al acecho, pero no se ve nada. Qué raro.

—Es porque no quieren que le den mala fama —sentencia Bette.

—Pero ¿cómo va a ser en el que estuvimos? No es posible.

«Oh sí, sí que lo es», pienso.

—Nos habríamos enterado —asegura Bette agarrando su cerveza de nuevo—, vamos, digo yo. Alguien la habría visto en el baño.

«¡YO! Presente».

—¿Tú qué opinas, Evie? —Maika me da un golpe en el brazo que hace que vuelva a conectar con el planeta tierra. Me he quedado en trance, recordándolo todo.

—Qué va —susurro—, no creo que fuera nuestro bar.

***

Cuando vi pasar a Mar Limoy por detrás de la silla de Maika, el corazón me dio un vuelco. La reconocí al instante. Sobre todo porque era una chica que destacaba por naturaleza. La influencer siempre me había caído bien. No puedo negarlo. Veo sus vídeos en mis ratos libres. Así que, que de repente, alguien como ella apareciera en el bar cutre en el que estaba con mis amigas, era todo un acontecimiento. No podía dejar pasar la oportunidad de ir a hablar con ella, y pedirle una foto, como una fan más. ¿Por qué no? Sabía que no podía decírselo ni a Maika, ni a Bette. Se reirían de mí. Me tomarían por una tonta. Preferí guardar mi momento de fan histérica para mis adentros. Aunque no supe ocultar la emoción en mi cara, porque Maika me miró frunciendo el ceño.

—¿Qué te pasa? —preguntó divertida—. ¿A qué viene esa cara?

Esbocé una sonrisa y supe que era el momento perfecto.

—No, nada —dije. Le di un trago a la cerveza, me atusé el pelo y arreglé mi ropa mientras Bette y Maika arrancaban un tema nuevo de conversación sin darse cuenta de la presencia de la influencer en el bar—. Tengo que ir al baño.

Me levanté de la silla. Estaba nerviosa, tenía la boca seca. Estaba a punto de entrar en un baño a hablar con Mar Limoy, la situación era de lo más rara. Suspiré antes de abrir la puerta y quedé totalmente paralizada al ver aquella imagen.

Me encontré con la influencer, sí. Pero contra el lavabo, la mirada perdida. Ya no se resistía a que aquella psicópata hundiera el cuchillo en su cuerpo. El suelo estaba lleno de sangre. Quedé bloqueada, sin saber qué hacer. La rubia de ojos verdes me miró con rabia, en sus ojos pude leer que yo era la siguiente. Que no le había gustado eso de que la interrumpiera. Así que supe que, o salía corriendo de allí, o también acabaría apuñalada. Abrí la puerta del aseo, no sin antes ver cómo la joven agarraba a Mar con ambas manos de la cara y en un gesto leve, pero efectivo, torcía su cuello, acabando así por completo con su vida.

***

—Si hubiera sido en nuestro bar —dice Maika—, es posible que Evie viera algo cuando fue al aseo. Pero no viste nada.

Dasha WeissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora