But I have finally seen the light
I have finally realized what I need...
I need your love...Frank apoyaba la espalda de su cansado cuerpo contra la fria pared del baño, con los pantalones bajados hasta las rodillas, movía la mano por encima de su endurecido miembro. En su mente, trataba de visualizar alguna imagen o fantasía propia de Gerard que le ayudara a acabar antes, más nada le funcionaba. Después de todos aquellos meses, Frank ya había olvidado lo que era sentir el sudoroso cuerpo de Gerard sobre el suyo, su ruda voz mientras hacian el amor o las entrecortadas respiraciones y excitantes gemidos de placer, esos que en su mejor momento le seguían pareciendo mejores que cualquier sinfonía de Beethoven. Ya no recordaba los besos en el cuello, aquellos que erizan cada minúsculo vello en su tez. No recuerda tampoco los escalofríos, cuando los dedos del pelirrojo se pasean libremente por su piel o cuando el cálido aliento choca contra sus labios.
No podía recordarlo, más lo echaba de menos, lo anhelaba y necesitaba ahora más que nunca.
Pero lo único que le venía a la mente en el instante, era la orgullosa pose que debía de tener su novio mientras llamaba a la puerta del baño hecho una fiera."¡Frank!¡Te necesito aquí! No puedo solo, se me va a quemar el asado, Ray no deja de llamar al fijo, la niña llora porque se le ha caído el peluche, además no puede dormir y encima te toca darle el biberón, asi que...¡Sal maldita sea!" gritó furioso dando un último golpe, que más bien pareció una patada, y con el rojo delantal todavía envolviendo su cintura con gracia, volvió a la cocina a remover la salsa.
El menor bufó frustrado, tratando de acomodar su erección entre las ropas. Se lavó las manos deprisa y tomó una enorme sudadera de Gerard que yacía en la encimera, eso le ayudaría a esconder su deseosa entrepierna por un rato. Salió como un rayo del cuarto de baño y con el ceño fruncido fue a ver a la niña que lloraba tumbada sobre un enorme cojín del sofá. Recogió el peluche del patito del suelo y tras sacudirlo, se lo devolvió a su dueña. Su llanto se acalló casi de golpe, dándole paso a una adorable sonrisa. Frank sonrió con ella, para luego irse a la cocina, donde el pelirrojo se dedicaba a echar pimienta a su adorada salsa de tomate."El biberón está en el armario de arriba tuya, ¿me lo puedes pasar?" preguntó el pelinegro cogiendo el blanco polvo de la estantería, ese que de algún modo servía de alimento a la niña.
"Cógelo tú, tengo las manos manchadas." dijo sin dejar de remover el contenido de la cacerola. Frank se mordió el labio y se acercó a Gerard por detrás. Tratando de no hacer contacto contra su cuerpo, se elevó de puntitas intentando sacar la botellita del armario empotrado.
Gerard lo miró por encima del hombro.
"¿Hay algún problema?" alzó una ceja al ver que el menor evitaba tocarle. No sabia la causa, pero de alguna manera se estaba sintiendo ofendido.
"N...No." sonrió algo forzado y se apretujó contra el mayor para llegar a tomar lo que necesitaba. Frank exhaló el aire justo contra el oído de Gerard. Éste sonrió de lado y cruzó su mirada con la avellana. Entonces el de menor estatura se dió cuenta de que su entrepierna rozaba potencialmente el trasero de su pareja. Los colores subieron a sus mejillas y se apartó de inmediato, pero al menos con el biberón ya en la mano.
"Frankie, Frankie..." murmuró Gerard con gracia, sin quitar los ojos de la salsa que mezclaba constantemente.
Frank quedó estático unos segundos, su corazón latía a cien por hora mientras la sangre hervía en sus mejillas, mostrando notablemente su estado de humillación."Lo siento..." musitó preparando el biberón a toda velocidad. La risa de Gerard volvió a resonar en la pequeña cocina mientras la vergüenza comía al pelinegro desde dentro y sin piedad.
Frank corrió al salón y se ocupó de la pequeña como buen padre que era, al tiempo que Gerard dejaba la mesa lista para tres.
El teléfono volvió a sonar.
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I Found Myself In You -frerarđ- (T1)
Fanfiction#PrimeraTemporada Gerard pasa 15 años secuestrado, después del rescate, pasa un año viviendo con su hermano Mikey, pero cuando este lo echa de casa, todo se complica. El pasado le persigue, y cuando consigue librarse de él, el futuro no se presenta...