Capítulo VIII: Ecstasy

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Bite my lip and close my eyes, take me away to paradise...

"Cinco..." murmuró acariciando su pecho perezosamente.

El maestro de Gerard se había despertado, se sentó en la cama y despeinó su corto pelo negro. Miró el bol que yacía a sus pies y sonrió cínico.
"¿Pero que tenemos aquí?" rió silenciosamente cogiendo el plato del suelo y dejandolo en su lugar inicial. A paso pausado se acercó hasta las rejas que lo separaban de Gerard y lo miró fijo.

"Arthur... ¿Te has comido la carne del plato?" preguntó analizándole ahora, parando unos segundos sus ojos en el tobillo inflamado y todavía envuelto en la tela.

Gerard solo negó, apoyándose más en la pared, como si pudiera hacerse desaparecer en ella. El miedo en los ojos del menor hizo reir de nuevo al viejo.

"Pero mirate... Estás hecho un asco, así nunca encontrarás novia." dijo abriendo la puerta donde tenía encerrado al chico. El maestro entró en la celda, que humildemente era llamada habitación por Gerard y acarició la mejilla del chico.

"Odio cuando mientes Arthur." susurró en su oído.

Gerard comenzó a reír cuando sintió un cosquilleo en su pierna desnuda. Abrió sus ojos y vió un gato blanco sentado frente a él, moviendo la cola suavemente.

"Meow." se escuchó de la boca del gato. Gerard acarició al animal y lo miró a sus ojos verdes.
"Que mono eres." murmuró con una expresión de felicidad en la cara.  "Eres tan mono que te comería y..."

"¡Gerard Arthur Way!" gritó Frank volviendo a golpear la puerta. El mayor suspiró y acercó su rostro al gato, ignorando el escándalo de afuera.
"Eres lindo." le susurró Gerard al gato y empecó a ronronear en su oreja. El animal giró levemente su cabecita y miró incrédulo al humano de enfrente suya.

"Meow." repitió el gato. Way rió olvidándose por completo del mundo que le rodeaba y del hecho de que seguía prácticamente desnudo.

"Seis..." susurró rozando con su nariz los bigotes del felino.

Gerard casi olvidaba el dolor de su tobillo, recientemente roto, cuando se encontraba con la cara del maestro tan cerca de la suya. El viejo acarició la pálida tez del quinceañero y sin dejar de apegarse a su inocente anatomía unió sus labios con los de él. El joven abrió los ojos de la sorpresa al sentir por primera vez la lengua de otro invadir su intimidad. Apretó con su espalda la pared, con la esperanza de que esta se moviera y le permitiera apartarse. El mayor recorrió con su lengua la boca del Way mientras este solo se dejaba hacer, sintiendo, ahora sí, el punzante dolor en su tobillo.

"Sabes a carne." dijo su maestro apartándose de él finalmente. Gerard tragó saliva, llevándose consigo un horrible sabor de boca. Miró un instante los ojos entrecerrados del otro antes de bajar la cabeza esperando su castigo.

El gato recorrió la habitación oliendo todo antes de volver a situarse cerca del único humano presente. Gerard acarició la cabecita del gato y se acercó lo suficiente como para poder besar la punta de su nariz. El felino se apartó soltando un rugido que dejó a la vista sus afilados dientes. Gerard arqueó una ceja con superioridad y se levantó. 

"Oye... Escúchame un momento... Podemos arreglarlo ¿vale?" decía un Frank ya más calmado, casi abrazado a la puerta, tratando de atravesarla quizás. "¡Sal de ahí joder!" gritó al final. Gerard rió y negó con la cabeza mientras se acercaba a la ventana. Separó las cortinas y la abrió, aspiró un momento el aire fresco. 
"Me gustan los gatos, siempre caen de cuatro patas." rió cogiendo al gato por el cuello y lanzandolo por la ventana.

I Found Myself In You -frerarđ- (T1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora